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San Telmo invita a reflexionar sobre las guerras y los exilios

En el Museo San Telmo de Donostia abre sus puertas hoy la muestra “Indésirables. De bombardeo al campo. Trayectos del exilio”. «Los conflictos, las guerras, los desplazamientos, los transportes de personas refugiadas, la industria de las armas… todo está relacionado y unas son consecuencias de otras», afirmó la comisaria Piedad Solans en la presentación de la exposición.

Imágenes de dos de las salas que acogen la muestra en el Museo San Telmo. (Gorka RUBIO | FOKU)

«El exiliado, ese ser devorado por la historia, una historia cruenta. Ese desconocido. Ese ser que no tiene lugar en el mundo, ni geográfico, ni político, ni social, ni ontológico», dijo María Zambrano en su obra “Los bienaventurados” (1979).

El título de la muestra que acoge el Museo San Telmo hace referencia al término “indésirables”, que empezó a utilizarse en el Estado francés en 1938 y que hacía alusión no solo a lo racial, sino también a aquellos que, al no tener papeles, eran susceptibles de ser internados en campos de concentración.

La exposición aborda cuestiones como la discriminación política y racial, las guerras y bombardeos, los transportes de personas exiliadas y deportadas y el control de una parte de la población en campos de internamiento, concentración o exterminio. Y lo hace a través de obras artísticas multidisciplinares. También incluye documentación histórica, textos teóricos, fotografías y vídeos documentales.

Relato

Producida por el Museo San Telmo, la muestra ha sido comisariada por Piedad Solans. «Se extiende a través la salas expositivas como un mapa que no es geográfico sino histórico, pero no como un trayecto lineal como se acostumbra en nuestra cultura, sino como un relato en el que las asociaciones y la memoria emergen constantemente y unos hechos se relacionan con otros», afirmó la comisaria. Precisamente, la idea de que el pasado desaparece sino que retorna sobrevuela sobre toda la muestra.

Gurs

Son de destacar los dibujos y cuadernos de campo realizados por las personas que estuvieron presas en el campo de internamiento de Gurs. Forman parte del archivo de Elsbeth Kasser -de las 150 obras existentes se exhiben en Donostia cerca de 80-. Kasser fue enfermera de la Cruz Roja en la Guerra del 36 y vivió desde 1940 hasta 1943 en Gurs proporcionando ayuda humanitaria.

Josu Chueca ha colaborado en la exposición con la elaboración del memorial que rinde tributo a las 11.000 personas que estuvieron en el campo de internamiento. Se ha ubicado en una de la crujías del claustro del museo. El listado de personas es fruto de la investigación que el historiador está llevando a cabo. «No están todos los que fueron. Estuvieron 60.000 personas y hubiéramos llenado todo el claustro. Las obras reflejan las malas condiciones en las que vivieron». Gurs fue la antesala de los campos de exterminio. «Desde Gurs, a partir de 1942 salieron varios convoyes y su destino eran Auschwitz y otros campos», dijo Chueca.

Asimismo, se han incluido las obras de 16 artistas entre los que se encuentran Esther Ferrer, Alexandra Ranner, Iñaki Gracenea y Peggy Ahwesh, entre otros. La muestra finaliza con la utilización de nuevas tecnologías y una panorámica de la guerra en el mundo actual, en el que se incluye Ucrania.