A veces, una respuesta de pocas palabras es suficiente para mostrar la realidad que la retórica de la propaganda política se empeña en negar u ocultar. Este mes de octubre, el servicio de Neumología del HUA en Gasteiz ha cancelado las consultas previstas, incluidas aquellas de pacientes con enfermedades de evolución grave, negándoles con ello la asistencia médica que requerían. Al preguntar directamente a las administrativas del citado servicio el motivo, la respuesta fue concreta y concisa: «Se han anulado las consultas porque no hay médicos». Inaudito. Un sistema de salud que no cuenta con una plantilla de médicos y especialistas suficientes para garantizar en todo momento la asistencia sanitaria de todas las personas, ¿qué es en realidad? ¿Un sinsentido o es una excusa planificada para promocionar la medicina privada? En la CAV, el sistema público de salud, Osakidetza, se desmorona sin remedio y la Consejera de Sanidad del Ejecutivo vasco, Gotzone Sagadui, insiste en esa nueva e innovadora «cultura» sanitaria a la que hay que acostumbrarse porque los tiempos lo «exigen»; un eufemismo neoliberal para cubrir lo que ya se ha convertido en una flagrante vulneración de un derecho social y humano, la asistencia sanitaria, poniendo en juego la salud y, por consiguiente, la vida de las personas.