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TEL AVIV

El «eterno» Netanyahu acaricia otro regreso al poder

Benjamin Netanyahu se acercaba anoche a lograr una victoria más en su trayectoria política, asentada en pactos con otras fuerzas racistas y de ultraderecha, que también consiguieron buenos resultados, según sondeos a pie de urna, en las quintas elecciones en tres años.

El líder del Likud, Benjamin Netanyahu, deposita su voto.
El líder del Likud, Benjamin Netanyahu, deposita su voto. (Ronaldo SCHEMIDT | AFP)

El ex primer ministro israelí Benjamín Netanyahu se veía ya ganador de las elecciones en Israel, con su partido Likud como el más votado, según las encuestas a pie de urna, que daban además al bloque de formaciones ultraderechistas y religiosas que le apoyan entre 61 y 62 diputados, suficientes para formar un gobierno.

El bando anti-Netanyahu, liderado por el actual jefe de gobierno en funciones, Yair Lapid, se queda en 54-55 escaños, según esos sondeos. La formación de Lapid, Yesh Atid (Hay Futuro), logró como promedio 23 escaños, su mejor resultado, pero la amalgama de partidos que le respaldaría para crear un frente anti-Netanyahu no habría sumado suficientes apoyos.

En cualquier caso, hasta el viernes no se conocerán los resultados definitivos de las quintas elecciones desde 2019, que no parece que vayan a sacar al país de su inestabilidad y parálisis política ante la falta de mayorías claras.

Netanyahu ha logrado vencer de nuevo en unas elecciones por encima del rechazo que suscita en el resto de fuerzas y de las imputaciones por corrupción que lo han llevado a los tribunales.

Su probable victoria se basa en el auge de la ultraderecha supremacista judía, aglutinada en el movimiento Sionismo Religioso -abiertamente racista, antiárabe y homófobo- que se consolida como la tercera fuerza más votada con entre 14 y 15 escaños, en el mejor resultado de su historia de lo que hasta hace poco era un movimiento marginal y que refleja cómo la política y la sociedad israelí se precipitan hacia el racismo ultraderechista.

La izquierda registra uno de sus peores resultados, con 5 diputados para el partido Laborista y 4 para Meretz.

En cuanto a los partidos árabes, según los sondeos a pie de urna, el islamista Raam habría logrado 5 escaños y la coalición Hadash-Tal, 4, mientras Balad no superó el umbral electoral.