05 NOV. 2022 Las mujeres de Ipar Euskal Herria trabajan gratis desde ayer por la brecha salarial Según calcula «Les Glorieuses», desde ayer a las 09.10 y hasta fin de año las mujeres del Estado francés «trabajarán gratis» debido a que cobran de media un 15,8% menos que sus compañeros. Trabajadoras sociosanitarias, durante una reciente movilización laboral en Baiona. (Guillaume FAUVEAU) GARA BAIONA Viernes, 4 de noviembre, a las 09.10. A partir de ese momento y hasta que finalice el año 2022, las mujeres del Estado francés, y, por tanto, también las que desarrollan una actividad retribuida en Ipar Euskal Herria, «trabajarán gratis» en razón de las persistentes desigualdades en materia salarial, según el cálculo de la publicación feminista “Les Glorieuses”. La fecha y hora simbólicas en que empieza el «trabajo sin sueldo» se calcula en base a las estadísticas europeas relativas a la brecha salarial que separa todavía hoy a mujeres y hombres. En el conjunto hexagonal, las mujeres que ejercen un trabajo asalariado ganarán este año de media un 15,8% menos que sus compañeros. El año pasado, la brecha salarial se estableció en un 16,5%, lo que llevó a fijar la fecha del 3 de noviembre de 2021 a las 09.22 para ese inicio del periodo de «trabajo gratis». Las militantes feministas impulsaron ayer el movimiento en redes sociales identificado con el hashtag #4Novembre9h10 al que recurrieron agentes sociales, como el sindicato CFDT, que denunció que «harían falta 50 años para alcanzar la equidad salarial». Además “Les Glorieuses” ha lanzado una petición para favorecer la igualdad en sectores como el sociosanitario y el educativo, en los que las mujeres son mayoría. Recuerda que esas trabajadoras desarrollan tareas que fueron aplaudidas como esenciales durante la reciente pandemia, y que hoy mantienen conflictos sociales abiertos por la escasa valoración de los salarios. Otras demandas “Les Glorieuses” aboga por otras medidas como el reparto de los permisos por el nacimiento de hijos siguiendo el modelo sueco, que fija una distribución entre los progenitores e incluye «un periodo mínimo obligatorio para los padres», según explicó a AFP la economista Rebecca Amsellem, una de las fundadoras de la publicación feminista. También aspira a condicionar el acceso a licitaciones públicas o la obtención de subvenciones y préstamos garantizados por el Estado «al respeto de la igualdad salarial», de cara a garantizar que «los presupuestos no contribuyan a perpetuar la desigualdad». Aunque Emmanuel Macron hizo de la igualdad entre hombres y mujeres la «gran causa» de su primer mandato, sin aparentes resultados en materia de equiparación salarial, la primera ministra francesa, Elisabeth Borne, publicó ayer un mensaje en la red social Twitter en el que se comprometió a «seguir trabajando con toda mi energia» para hacer evolucionar la situación, porque, según afirmó, «restablecer la igualdad salarial no es hacer un favor a las mujeres, sino reparar una injusticia».