EDITORIALA

Presupuestos en Nafarroa, abrir el juego de lo posible

Por cuarto año consecutivo, EH Bildu y el Gobierno de Nafarroa han acordado el proyecto de presupuestos. Es una buena noticia que hay que poner en valor tanto por las mejoras sociales que introduce como por el significado político que transmite. Sin embargo, ello no puede hacer obviar que este acuerdo se asienta sobre desacuerdos e incumplimientos de otros firmados en el pasado. Hay avances en temas sociales, para el euskara y los ayuntamientos, más partidas y más margen, pero es evidente también que persisten serias diferencias en temas como el de la fiscalidad, un tema prioritario para EH Bildu, en el que no se ha podido construir un acuerdo general. Y no todos los compromisos que se firmaron en el pasado han sido cumplidos, ni en la negociación de transferencias con el Estado, en los planes lingüísticos de los diferentes departamentos o en varias plazas de Gaurderío Forestal que ahora se deberán incluir en la OPE de 2023 con la correspondiente dotación presupuestaria.

Con todo, aunque no sean los presupuestos ideales, el acuerdo es bueno; hay motivos para la satisfacción. Y objetivamente, el panorama que deja es bastante mejor que un escenario de no-acuerdo. Por una parte, se vuelve a condenar a la irrelevancia política a la derecha navarra, o cuando menos, su incidencia queda muy minimizada. Por otra parte, tiene potencial para poder ampliarse a otros consensos e iniciativas, por lo menos no obstaculiza ese camino. Al contrario, genera una atmósfera y una cultura política propicia para ello. Vuelve a sellar un precedente con potencial para articular mayorías hoy difícilmente visualizables pero que, quizá, pronto sean inevitables en la política de este país.

Para abrir nuevas posibilidades en el juego político, a menudo hay que perder y ceder, repartir cartas y esperar el momento. EH Bildu, con su decisión de dar luz verde a estos presupuestos, que responde a una lógica que va más allá de lo que gana o no para sí misma en el corto plazo, está abriendo el juego de lo posible en Nafarroa. En la percepción popular está fortaleciendo su relevancia y su utilidad para el cambio político. Y eso puede traerle premio.