Arnaitz GORRITI
BALONCESTO

Después de ser mejor en la primera mitad, el Baskonia se cae tras el descanso

Los gasteiztarras han encajado 60 puntos en la segunda mitad, y en los últimos minutos no solo han perdido, sino que han dejado de pelear.

Darius Thompson intenta frenar en falta a Mateusz Ponitka.
Darius Thompson intenta frenar en falta a Mateusz Ponitka. (EUROLEAGUE BASKETBALL)

Saski Baskonia tuvo durante más de 20 minutos el partido ante Panathinaikos en sus manos, pero entre las pérdidas y los rebotes concedidos no sacó la distancia suficiente al cuadro heleno. Pero la derrota sobrevino tras el descanso, en el que encajó 60 puntos. Y sí, el arbitraje perjudicó a los gasteiztarras, pero la forma en la que acabó cayendo y abandonándose ante un perfectamente batible, resultó preocupante. Los de Joan Peñarroya se la jugaron al talento individual, olvidándose por momentos de su proverbial juego en equipo.

Empezaba muy bien Saski Baskonia, con acierto en el tiro de Howard y Sedekerskis, más la sempiterna conexión entre Thompson y Kotsar. Sin embargo, las carencias a la hora de cerrar el rebote y las pérdidas permitían al PAO adelantarse 17-12 luego de un parcial de 11-0, con Derrick Williams y Papagiannis haciendo pupa.

La entrada de Pierriá Henry y Marinkovic asentó a los de Joan Peñarroya. Así, Saski Baskonia volvía a encontrar el camino al aro rival, cayendo por 22-18 al final del primer cuarto.

El segundo aire de Markus Howard y la entrada de Dani Díez, por su parte, volteó el duelo en el segundo asalto. Enfrente, Panathinaikos se limitaba a lo que Dwayne Bacon y Derrick Williams aportaban, más el «superávit» de tiros libres que disponía el bando heleno. Además, la enésima conexión entre Thompson y Kotsar, daba réditos a los gasteiztarras, para alcanzar los vestuarios con un 38-43 favorable para Saski Baskonia.

APAGÓN

La primera canasta del tercer cuarto fue baskonista, pero la réplica helena fue de 9-0 y ahí el partido cambió para no volver. Wolters empezó a encontrar el ritmo de juego del PAO y a partir de anotar la última canatsa del tercer cuarto, Grigonis se metió de lleno en el partido.

Y ya en el cuarto final se quebró. Markus Howard buscó remontar por su propio talento y el juego colectivo gasteiztarra desapareció. Hasta se vio una pequeña bronca entre Costello y Peñarroya y pese a los intentos, el partido se perdió de forma inexorable porque los gasteiztarras dejaron de luchar antes de hora.