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Irán encadena condenas a muerte por las protestas tras la muerte de Mahsa Amini

Tres personas más inculpadas por su implicación en las protestas fueron condenadas ayer a muerte en Irán, lo que eleva a cinco las sentencias a pena capital dictadas desde el domingo.

Imagen de vídeo de los incidentes en las calles de Teherán en la noche del martes al miércoles. (AFP | AFP)

Ya son cinco las personas condenadas a muerte desde el domingo en Irán acusadas de participar en las protestas que sacuden el país desde la muerte, hace tres meses, de la joven kurda Mahsa Amini tras haber sido detenida por la llamada «Policía de la Moral» acusada de no llevar colocado «correctamente» el pañuelo islámico. La Justicia iraní anunció ayer tres últimas sentencias a la horca.

Los tres últimos condenados por un tribunal revolucionario de Teherán lo fueron acusados de atropellar y matar un policía, de herir con un arma blanca a un guardia de seguridad y de dañar bienes públicos y «causar terror», respectivamente, informó la agencia de noticias Mehr.

La noche del martes al miércoles se registraron incidentes en varias ciudades cuando los manifestantes marcaron el tercer aniversario de la represión mortal de otro movimiento de protesta provocado en noviembre de 2019 por el aumento de los precios del combustible.

Frente a la represión

«¡Lucharemos! ¡Moriremos! ¡Recuperaremos Irán!», gritaban decenas de personas junto a una fogata en Teherán, según un vídeo difundido por el medio digital 1500tasvir.

En otra grabación verificada por AFP, miembros de las fuerzas de seguridad parecen disparar desde uno de los andenes del metro contra personas que se encuentran en el andén contrario, provocando gritos y caídas entre las personas atacadas.

En el Kurdistán iraní, de donde era Mahsa Amini, «las fuerzas gubernamentales abrieron fuego» contra los manifestantes en varias ciudades y mataron a tres, dos en Sanandaj y uno en Kamyarana, señaló el martes a la AFP la ONG de defensa de los derechos humanos Hengaw, con sede en Oslo.

Entre el martes y hoy se se han convocado tres días de movilizaciones para conmemorar el «Noviembre Sangriento» de 2019, cuando la represión de las protestas contra el aumento de los precios del combustible provocó más de 300 muertos solo en el mes de noviembre en muchas ciudades del país.

Las autoridades califican a los manifestantes como «alborotadores», instrumentalizados, según Teherán, por potencias extranjeras, y han realizado al menos 1.500 detenciones según una ONG.

Pero, pese a la represión, la movilización no decae y las autoridades intentan contener las protestas, durante el cuales las mujeres se quitan sus hiyab e incluso los queman, desafiando a las fuerzas de seguridad.

La agencia oficial Irna indicó que dos Guardias Revolucionarios y un paramilitar murieron el martes durante manifestaciones en las localidades kurdas de Boukan y Kamyaran (noroeste) así como en Shiraz (sur).

Muertos y torturados

Al menos 342 personas han muerto en la represión de estas protestas, según el último informe de Iran Human Rights (IHR), una ONG también con sede en Oslo. La cifra incluye los 123 muertos desde el 30 de septiembre en Sistán-Baluchistán en las manifestaciones provocadas por la presunta violación de una joven por parte de un policía.

Según IHR, al menos 15.000 personas han sido detenidas, cifra que niegan las autoridades de Teherán.

«Los manifestantes no tienen acceso a abogado durante los interrogatorios, son sometidos a torturas físicas y psicológicas para que hagan confesiones falsas, y los tribunales revolucionarios los condenan en base a estas confesiones», señaló a AFP el director de IHR, Mahmood Amiry-Moghaddam. Denunció también las condenas a muerte de los manifestantes, propias de un «régimen opresivo», y dijo temer «ejecuciones masivas».