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EDITORIALA

El valor de una maravilla con enorme sabor popular


La final del campeonato de bertsolaris de Euskal Herria celebrada ayer en Iruñea fue por méritos propios el evento cultural más multitudinario y de más renombre del país. Pero, sin duda, ha sido algo más que una final, mucho más que un objeto de consumo cultural. Iruñea vivió una explosión frenética de vitalidad, respiró una atmósfera fascinante, que hechiza, con un público entregado que abarrotó el Nafarroa Arena, cada cual aupando a su bertsolari preferido y reconociendo la labor de los demás. Fue algo maravillosamente contagioso, que va más allá de las cuatro paredes del recinto y que se apropió en buena medida de las conversaciones de la gente y del ambiente general. La de ayer fue una jornada cargada de sentimientos a flor de piel, de poesía cantada e improvisada. Una cita de enorme sabor popular, un tesoro colectivo que merece ser celebrado y valorado por todo lo que mueve y por los valores que promueve.

El campeonato ha mostrado a una nueva generación, una gran participación de mujeres, un retrato más fiel de lo que hoy en día es la plaza del bertsolarismo. El escenario del Nafarroa Arena mostró a tres nuevos finalistas, a tres mujeres en la final, y las gradas, a un público entusiasmado y compactado en valores compartidos, en una idea de país y en un compromiso por un futuro mejor, mucho mejor. Y las emociones se desataron. En medio de un alarde de ingenio, diversidad de enfoques, referencias y variedad de propuestas, los ocho finalistas dejaron perlas y maravillas que resonarán durante mucho tiempo. Finalmente, Maialen Lujanbio se caló su tercera txapela. La hernaniarra representa a una generación de bertsolaris asentada en la cúspide, que reconoce su admiración hacia generaciones anteriores y en esa fluidez e identificación mutua, radica en gran parte el éxito el bertsolarismo.

La maravilla que ayer nos dejó el bertsolarismo no sería posible sin el concurso de cientos de voluntarios, sin el buen hacer y la autogestión como apuesta de Bertsozale Elkartea, sin la conexión con el sentir de un pueblo volcado con su cultura. El campeonato de bertsolaris de Euskal Herria tiene un valor inigualable: la promoción de todos esos valores.