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Pensionistas, los «achaques» y los recortes de Osakidetza


Sigo con interés lo que estos días aparece en la prensa sobre Osakidetza. Me sorprende e indigna algunas afirmaciones de los responsables políticos en relación con la población envejecida y nuestras necesidades.

La primera reflexión está en los recortes que se han ido aplicando en relación con las prestaciones: ejemplo de ello es el copago de los medicamentos, las medicinas que no están financiadas cada vez son más. Si hablamos de la covid-19, las mascarillas obligatorias en los centros de salud, hospitales, transporte salen de nuestro bolsillo (por cierto, ¿quién supervisa si la que llevamos está en buenas condiciones?), los test de diagnóstico también los compramos en la farmacia. La lista sería interminable.

Y, ahora, nos ponen el teléfono, no para pedir cita, sino como filtro: explicar qué nos pasa, luego es la enfermera la que evalúa si lo que una tiene, si necesita o no ser atendida por la doctora. Y, por fin, llega el día y la hora, pero con esperas de varios días... A nuestra edad es frecuente la necesidad de atención médica, pero lo que más nos ayuda a aliviar lo que nos pasa es la consulta presencial, la comprensión y empatía de la profesional que tenemos enfrente.

Y, retomando el tema que estos días aparece en la prensa, hay muchas medias verdades. No es cierto que no haya médicas. En la medicina privada ha aumentado un 60% la plantilla de licenciadas, en Osakidetza un 10%. Y hay muchos profesionales sanitarios formados aquí que se han marchado fuera. ¿No sería posible recuperarlos con unas buenas condiciones laborales?

«No podemos tener un hospital en la puerta de casa», dice el señor Urkullu, pero que el sábado 10 de diciembre de 2022 haya un solo oftalmólogo para toda la provincia en el hospital de Cruces dice mucho de cómo está la situación. Esto es así porque se ha suprimido las urgencias de oftalmología en el hospital de Basurto y en Galdakao. Solo hay una palabra: ahorro.

Por último, una frase del señor Ortuzar: «Hay 2.000 trabajadores en Osakidetza de baja». Este dato ya explica cómo está siendo la realidad de las trabajadoras, lo han dado todo en la pandemia, vienen soportando una presión asistencial enorme. No hay más que acudir a cualquier centro para ver las caras y el ritmo de trabajo.

Y, mientras, cada vez son más los anuncios de seguros privados, los anteriores consejeros de Sanidad, ¿en qué empresas están ahora? Lo que sí es un gasto enorme es la publicidad que a diario aparece en los medios de comunicación para «vender» las excelentes ideas que se les ocurren ante esta situación.