El título de la versión doblada elimina cualquier referencia a la novela y a la película suecas en las que se basa este remake de Hollywood titulado originalmente “A Man Called Otto” (2022). Hannes Holm fue el primero en adaptar el libro de Fredrick Backman en “Un hombre llamado Ove” (2015), donde el papel del vecino gruñón era interpretado por Rolf Lassgard. Mereció el premio EFA del cine europeo a Mejor Comedia, y se llevó también tres premios Guldbagge del cine sueco. El humor negro nórdico desaparece en la traducción anglosajona, que ha sido reescrita por David Magee, pensando en el estelar Tom Hanks. Dicha presencia elimina el efecto sorpresa, incluso para quienes no hayan visto la película sueca, porque la audiencia sabe perfectamente que este Otto, por muy antipático que parezca, tratrándose de un personaje hecho a la medida de Hanks, tarde o temprano cambiará y sacará su lado bueno.

Además, el argumento respalda las motivaciones por las cuales estamos ante un hombre misántropo que ha dejado de creer en los demás, a raíz del fallecimiento de su esposa, a la que visita diariamente en el cementerio y le cuenta las novedades del vecindario, sobre todo a partir de que una joven familia de emigrantes, con ella embarazada, se mude a la casa de al lado. La mujer influirá en su transformación, con Otto recogiendo en su casa a un gato callejero, y rompiendo así con su imagen de poco sociable. La cual le había costado perder su puesto de trabajo, o ser destituido como presidente de la asociación de vecinos sin dejar de seguir haciendo guardias de vigilancia y obligando a cumplir las normas, para mayor incordio.

La producción es del propio Tom Hanks y su pareja Rita Wilson, que han confiado la dirección a Marc Forster, seguramente por ser el responsable de “Descubriendo Nunca Jamás” (2004) o “Christopher Robin” (2018), historias hechas con el corazón.