GARA
KIEV-MOSCÚ

Cruenta guerra de desgaste de vidas y armamento en el frente del Donbass

El intento de Ucrania y Rusia de consolidar avances en ciudades estratégicas en el frente del Donbass ha agudizado la guerra de desgaste de vidas y armamento para ambos bandos sin que, de momento, presenten grandes avances territoriales, mientras plantean «planes de paz» con objetivos irreconciliables.

Soldados ucranianos disparan un obús con el sistema de artillería francés Caesar.
Soldados ucranianos disparan un obús con el sistema de artillería francés Caesar. (Saamer AL DOUMY | AFP)

Los ejércitos ucraniano y ruso intentan lograr avances territoriales en las regiones del Donbass antes de que lleguen las temperaturas más bajas del invierno a costa de un gran número de bajas en sus filas.

Las tropas ucranianas centran ahora sus esfuerzos en hacerse con el control de la ciudad de Kreminna, un estratégico cruce de caminos situado en la provincia de Lugansk, desde donde quieren avanzar hacia localidades que conducen a Lysychansk y Severodonetsk, perdidas por Kiev en junio-julio.

Las autoridades ucranianas aseguran que el mando ruso ya ha abandonado la ciudad y que están a punto de tomarla pero que el minado del territorio y las barreras defensivas rusas ralentizan el avance.

«Debido a la posición geográfica de Kreminna, la localidad es vista como una prioridad por el mando militar ucraniano», reconoció el portavoz militar prorruso de Lugansk, Andrei Marochko, que destacó que la concentración de tropas ucranianas en el eje Svatove-Kreminna hace prever una ofensiva ucraniana desde el noroeste, oeste y suroeste.

Devastación en Bajmut

Mientras, los rusos continúan su ofensiva para tomar Bajmut, más al sur, en Donetsk, aunque sin a llegar a conseguir grandes avances después de semanas de combates.

La ciudad, situada 65 kilómetros al norte de Donetsk, la capital de la región homónima, es un estratégico nudo de comunicaciones cuya captura por las fuerzas rusas les allanaría el avance hacia Kramatorsk y Sloviansk, las principales plazas fuertes de Ucrania en la zona. Gran parte de la ciudad y los alrededores están devastados. «No hay ningún lugar que no esté cubierto de sangre. No hay ni una hora sin que se sienta el terrible rugido de la artillería», lo describió el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.

Las tropas rusas, apoyadas en las fuerzas de la compañía privada Wagner, presionan desde Soledar, a 15 kilómetros al norte pero siguen sin hacerse con el control de Bajmut.

Los rusos también siguen empujando en las afueras de Donetsk, tanto en Avdiivka como en dirección a Mariinka, desde donde los ucranianos bombardean la capital regional. El frente del Donbass se ha convertido, así, en una sangrienta lucha de desgaste de vidas y material militar ante un invierno que pueda cambiar la situación y una lejana negociación para la que ambos bandos plantean objetivos irreconciliables.

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, subrayó que no hay «plan de paz» alguno si Kiev no tiene en cuenta el actual estatus de las cuatro regiones ucranianas anexionadas. La víspera, el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, ya advirtió de que las exigencias se cumplen «por las buenas» o de ello de ocupa el Ejército ruso, y recordó que las demandas de «desmilitarizacion» y «desnazificación» de Ucrania y «la eliminación de las amenazas a la seguridad de Rusia desde allí (...) son bien conocidas por el enemigo».

Ayer acusó a EEUU de impedir a Kiev entablar negociaciones con la esperanza de agotar los recursos de Rusia.

Respondía, así, al plan que Zelenski llevó al presidente de EEUU, Joe Biden, en el que incluyó como condición irrenunciable la retirada de las tropas rusas de todos los territorios ocupados y la restauración de la integridad territorial ucraniana, entre otras medidas, para garantizar la seguridad de Ucrania, además de exigir la creación de un tribunal internacional para castigar los crímenes de guerra rusos.