Ucrania denunció un nuevo ataque masivo de Rusia ayer por la mañana contra sus instalaciones energéticas y dijo que sus defensas derribaron 54 de los 69 misiles de crucero, misiles antiaéreos guiados y misiles tierra-aire S-300 lanzados por los rusos desde aviones y barcos estratégicos, que dejaron al menos 3 heridos en Kiev y el 90% de la ciudad de Leópolis sin luz.

El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valeriy Zaluzhny, denunció en Facebook que «el ene- migo continúa sembrando el terror con misiles contra la población civil ucraniana». Previamente, Mijailo Podolyak, asesor del jefe de la Oficina del Presidente ucraniano, había hablado de más de 120 misiles lanzados ayer por las fuerzas rusas sobre Ucrania.

Mientras, el mando militar ruso informaba del avance de sus fuerzas en el este de Ucrania. «En el frente de Donetsk las tropas rusas continuaron sus acciones ofensivas, como resultado de las cuales ocuparon nuevas posiciones, más favorables», dijo el portavoz del Ministerio de Defensa, teniente general Igor Konashenkov.

Misil antiaéreo ucraniano en Bielorrusia

Por su parte, la Presidencia bielorrusa denunció la caída de un misil antiaéreo ucraniano S-300 en su territorio durante el bombardeo ruso. Según Minsk, el proyectil pudo haber caído en territorio bielorruso tras «perder el rumbo», como ocurrió en el reciente y similar suceso ocurrido en Polonia, o porque fue derribado por la defensa antiaérea de Bielorrusia, como ya ocurrió anteriormente. No se reportaron víctimas.

El 16 de noviembre un misil ucraniano se desvió de su curso y mató a dos personas en una localidad polaca cercana a la frontera con Ucrania. Polonia convocó una reunión de emergencia con sus aliados de la OTAN después de que Varsovia indicase que se había tratado de un ataque con un «misil de fabricación rusa» en la aldea de Przewodów. La propia OTAN desvinculó a Moscú del incidente y Polonia dijo haber sufrido presiones de Kiev para responsabilizar a Moscú.