El Eibar prolonga su buena racha para recuperar el liderato

Un gol de Stoichkov en la primera parte sentencia a un Ibiza que reaccionó tras el descanso y prolonga el buen momento de los armeros, que han ganado cuatro partidos en cinco jornadas.

El parón navideño no altera la trayectoria del Eibar, que despidió 2022 en su mejor momento y anoche estrenó año y segunda vuelta engordando estadísticas: cuarta victoria en cinco jornadas, tercera consecutiva con la puerta a cero, se mantiene la imbatibilidad en Ipurua... Las sensaciones no fueron las mejores, sobre todo en el segundo tiempo, pero los números sí y como también acompañaron en otros campos -empataron Las Palmas y Levante, cayó derrotado el Burgos aunque lo hizo ante el Alavés-, los azulgranas se dieron la alegría añadida de recuperar el liderato.

No entró finalmente en la convocatoria Juan Carlos Arana, fichado hace tres días, y tampoco Blanco Leschuk, al que la rumorología coloca en la enfermería por algún tiempo. Más decidido, empujado quizá por la necesidad, fue Lucas Alcaraz y el azpeitiarra Álex Aizpuru «Kaxe», que llegó a la isla hace apenas cuatro días, partió en el once titular de un Ibiza que, de primeras, se afanó en sufrir lo menos posible.

Lo consiguió en parte. El Eibar se adueñó del partido y casi todas las ocasiones fueron suyas -en el primer tiempo los visitantes apenas inquietaron a Zidane en un par de escapadas- pero estuvo lejos de bomardear a Fuzato como le habría gustado. Al menos hizo lo más difícil y a la media hora se adelantaba en el marcador. Remató Bautista, rozó Fuzato, repelió el poste y aprovechó el rechace Stoichkov.

Supo a poco. Y pareció muy poco durante un segundo tiempo diferente, en el que el Ibiza estuvo más cerca de la portería rival que los armeros. No llegaba a pisar área con claridad pero sí se movía casi permanentemente en las inmediaciones, mientras el Eibar ya casi apenas conseguía salir. La entrada de Javi Muñoz mediada la segunda parte le sentó bien al equipo pero con el transcurso de los minutos la balanza fue inclinándose de nuevo del lado de los visitantes, a los que la mínima desventaja y la falta de argumenros del rival permitían mantener la ilusión. Supieron aguantar los azulgranas, con todo, para celebrar el partido final con alivio.