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BALONCESTO

Saski Baskonia paga sus ausencias con una derrota dolorosa ante el Partizan

Pierriá Henry, con molestias en el sóleo, se unió a la baja de Markus Howard. Los gasteiztarras, salvo en el inicio del tercer cuarto, fueron muy inferiores.

Marinkovic fue de lo mejor del Baskonia. (Endika PORTILLO | FOKU)

«Demasiados Enemigos», se titulaba el último disco de la mítica banda Eskorbuto. Y demasiadas cosas tuvo en contra anoche Saski Baskonia en la pista del Stark Arena. Para empezar, un Partizan de Belgrado que se acordaba muy bien del partido que, casi sobre la bocina, les ‘levantó’ el Baskonia en la primera vuelta, con un primoroso Markus Howard cosiendo a triples a los «Sepultureros» de Belgrado. Por otro lado, a la ausencia de Howard, se le sumó la baja de Pierriá Henry con problemas en el sóleo. Todo ello sumó una bola demasiado pesada para lo que podía sobrellevar el cuadro gasteiztarra, que encadenó su tercera derrota continental.

El brío de los gasteiztarras duró demasiado poco. Un desdibujado Giedraitis no podía con un Papapetrou que anotó 10 de sus 13 tantos en el primer cuarto para propiciar la escapada de los de Zeljko Obradovic por 29-17. En apariencia imparable, la escuadra local se escapó 45-28 y por un momento se pudo temer una paliza de antología. No fue para tanto porque entre Marinkovic y Giedraitis se paró la hemorragia hasta llegar al receso con 47-36.

Los gasteiztarras se arrimaron hasta el 47-41, pero entre que los árbitros obviaron varias jugadas con falta y que el cuadro local recuperó el acierto con Kevin Punter, Trifunovic y Dante Exum, el duelo volvió a torcerse.

EN EL PEOR MOMENTO

Para más inri, luego de siete puntos seguidos de Kotsar, con 60-50 en el marcador, Joan Peñarroya no tuvo mejor idea que hacerse pitar una técnica. Esa circunstancia enfrió el juego baskonista, al tiempo que un Partizan que había mostrado dudas volvió a meterse en el partido, alcanzando el último cuarto con 67-50 en el luminoso.

Darius Thompson no podía dirigir y anotar, Marinkovic y Sedekerskis apenas encontraron puntual colaboración en Kotsar, Enoch o Dani Díez, al tiempo que Giedraitis y Hommes ofrecían una imagen fantasmal. Sumados todos esos factores, el choque de Saski Baskonia de anoche no podía terminar bien, como se pudo comprobar, por desgracia.