Esfuerzo
Hay que reconocer que la reforma de las pensiones va a exigir el esfuerzo de millones» de ciudadanos ha declarado Aurore Bergé, presidenta del grupo parlamentario de Macron. En efecto, pasar de poder jubilarse a los 62 en lugar de a los 60 va a suponer, de aprobarse la enmienda legislativa, un gran esfuerzo para la mayoría de los ciudadanos, sobre todo los de sueldo modesto, pero no para madame Bergé, hija bobó de universitarios de mayo del 68 que nació al calor del mitterrandismo de los ochenta, que sólo conoce el desempeño de la vida de la administración y que seguramente desconoce el precio de un billete de metro o el de una barra de pan.
En efecto, hay que reconocer que la distancia es infinita entre la vida real y la que se dibuja en los despachos de los tecnócratas, apóstatas de la socialdemocracia que les vio nacer, tahúres de un mundo que controlan como un juego virtual. Pues este jueves, van a ser testigos de cómo esa mercadería de comisiones y lucro, de favores y dividendos, va a detenerse por completo. Porque los que más tienen que perder van a pararlo todo con una huelga que se prevé masiva. Porque llevan años de denuedo, cotizando en un sistema de pensiones que nadie ha demostrado que necesite reforma alguna. Por mucho que se esfuerce madame Bergé.