Si el Gobierno de Nafarroa se plantea la eliminación de la exclusividad para los facultativos de Osasunbidea es porque cede al chantaje de los médicos, ya que el objetivo de la medida es «que no haya una huelga». Son declaraciones de la lehendakari, María Chivite, quien aseguró que sus socios de Geroa Bai «no se han mostrado en contra» de eliminar la exclusividad de los médicos, aunque su portavoz parlamentaria, Uxue Barkos, manifestó el lunes que se podrá hacer una reflexión al respecto, pero no como medida para acabar con la huelga, que es lo que plantea Chivite.

Defendió que se trata de «una medida más» en un contexto de «competitividad con otras comunidades ante la falta de facultativos». Previamente concretó que «las únicas comunidades donde queda es en Navarra y Asturias».

Destacó, así, que «se pueden atender reivindicaciones laborales al mismo tiempo que mejoramos el servicio».

La lehendakari confió en que en la reunión entre Salud y el Sindicato Médico de Navarra (SMN) previsto horas después se concretara algo, para lo que acudían «abiertos a acercar posturas».

La cita tenía por objeto concretar la propuesta puesta sobre la mesa por Salud la pasada semana para atajar la huelga, un planteamiento que no satisfizo las demandas del Sindicato Médico, que la calificó de «inconcreta».

A la hora de redactar esta información no había transcendido si se había producido el acercamiento buscado, aunque sí se dio a conocer que el Sindicato Médico se reunirá, desde hoy y hasta el viernes, en asambleas para debatir la propuesta trasladada por Salud y decidir qué hacer con la huelga convocada.

Tres opciones

Citando fuentes sindicales, la agencia Efe explicó que el Sindicato Médico baraja tres opciones: mantener el paro indefinido, adelantarlo al 1 de febrero o desconvocarlo y hablar con el Gobierno que salga de las elecciones de mayo.

El director general de Salud del Ejecutivo navarro, Carlos Artundo, mostró su disposición a llegar a un acuerdo y «fijar las cosas que, a corto plazo, que ya hay alguna, podemos acordar». Debido a la amenaza de la huelga aseguró que en otras cuestiones «obviamente no se puede sustanciar una discusión y un acuerdo» en tan poco tiempo, dijo.

ELA también se pronunció ayer sobre la principal demanda del SMN, «un sindicato corporativo que nunca se opuso a los recortes llevados a cabo por UPN y PSN (entre otras, la privatización de las cocinas) y que en sus últimas movilizaciones, exigía la eliminación del euskera como requisito», y rechazó eliminar la exclusividad porque «ahonda en la privatización de Osasunbidea».

Denunció «las condiciones laborales de la plantilla», que consideró «insuficiente para la carga de trabajo existente y con una temporalidad inaceptable, una situación que también padece el personal médico». Subrayó, sin embargo, que la reivindicación de la eliminación de la exclusividad «no contribuye a corregir ninguna de las deficiencias que existen en Osasunbidea, sino todo lo contrario, porque supondría ahondar en la privatización de Osasunbidea y en el debilitamiento del servicio público».

Reivindicó una mayor inversión, que cuantificó en 400 millones más al año para igualar la media europea, y medidas como el fomento de la red pública reduciendo los conciertos y ampliando coberturas, el impulso de la Atención Primaria, el aumento de la plantilla y el fin de la temporalidad.