Hoy regresa a Lezama pero no defenderá los colores con los que batió todos los récords imaginables durante casi dos décadas sino los del Levante, donde ejerce de ayudante de Luis Sánchez Vera. Y no le va nada mal. Las granotas se enfrentan al Athletic (19.00) defendiendo el segundo puesto.

El Levante es un grande pero, a día de hoy, ¿es una sorpresa verle asentado en la segunda plaza?

Empezamos la Liga con el objetivo de competir cada partido, de trabajar mucho y de ir mejorando. El proceso no siempre es rápido y además el nivel de la Liga crece cada año. Pero empezamos bien, ganando, y eso te refuerza. Hemos consolidado el bloque y además tenemos gente muy buena y determinante en todas las líneas. Pero sobre todo es cuestión de trabajar y remar todos en la misma dirección.

¿Cuál está siendo su aportación a esa fórmula?

Me ocupo un poco del balón parado y de estar más cerca de la futbolista, ayudarle más en temas individuales, mejoras individuales... Siempre me ha gustado y en el vestuario hay mucha hambre y ganas de conseguir cosas y eso lo ha hecho todo mucho más fácil.

A final de temporada decía que quería tomárselo con calma pero le duró poco.

Cuando Jose (Sánchez Vera) me llamó para hacer equipo dije que sí encantada porque trabajar con él es un privilegio, algo que no podía rechazar. Nos salió la posibilidad del Levante y aquí estamos.

¿Cómo está resultando esta nueva etapa?

Me apasiona. Siempre tienes la incógnita ante algo nuevo y he necesitado mi proceso porque cambias de vestuario y de rol después de muchísimos años. Pero como haces algo que te gusta y en lo que crees y todo el mundo me ha ayudado y me lo ha puesto muy fácil, estoy superfeliz.

¿Se ve el fútbol de otra manera? ¿O no cambia tanto?

Sí cambia, sí. Cuando eres jugadora no eres consciente muchas veces de todo el trabajo que hay detrás de un cuerpo técnico. Para mí es un privilegio y de hecho no digo “voy a trabajar” sino “voy a entrenar” pero vas a entrenar y en casa sigues trabajando porque siempre tienes partidos que ver, cosas que analizar..., algo que hacer. También es más difícil ver lo que está pasando en el partido que cuando estás en el campo, eso cuesta.

¿Han tenido que agarrarle en el banquillo para que no entre a rematar un balón?

Alguna vez he hecho la broma pero que va. Lo dejé en un momento que sabía que era mi momento y ahora sé que puedo aportar mucho más desde otro lugar. Supongo que ayuda el seguir en el fútbol. Creo que en otas circunstancias sí habría echado de menos el vestuario, la rutina de ir a entrenar, a los partidos... Pero como lo sigo haciendo, aunque sea con otro rol, no siento ningún gusanillo.

En Lezama sí notará algo. Es un tópico pero realmente es un partido especial.

Sin duda, especial y emotivo. Es como volver a casa. Sé que el momento de saltar al campo... . He dejado allí amigas, compañeras, gente con la que he compartido muchísimas cosas, empleados del club, afición... Va a ser muy especial.

¿Qué partido prevé?

Muy difícil. El Athletic es un equipo joven, que aprieta, que tiene ganas, muy generoso con el esfuerzo. Y juega en casa. Es verdad que igual le puede costar más con balón, pero nos va a costar muchísimo.

¿Qué futuro le ve?

Se necesita tiempo y paciencia porque está en pleno relevo generacional. Todas hemos tenido esa edad y necesitas minutos, tiempo... No se puede pretender que de la noche a la mañana salgan 17 jugadoras excepcionales y preparadas para competir en Primera desde el primer día. Hay que tener paciencia. Se trabaja muy bien y el Athletic poquito a poco va a estar donde se merece.

¿Y el Levante dónde estará en mayo? ¿En Europa?

Ojalá. La primera vuelta ha sido de sobresaliente, estamos ahí y tenemos un pequeño colchón. Pero la segunda vuelta siempre es más difícil, te conocen más, muchos equipos necesitan los puntos... Tampoco tenemos una plantilla muy larga aunque también tiene su parte positiva porque todas las jugadoras tienen minutos y se sienten importantes. Veremos. Nuestra idea es poder estar peleando hasta el final.