J.O.
BALONMANO

Un inesperado tropiezo más grave por la forma que por el fondo

Jon Azkue solo fue capaz de anotar un gol de penalti.
Jon Azkue solo fue capaz de anotar un gol de penalti. (Idoia ZABALETA | FOKU)

Un desconocido Bidasoa-Irun cosechó ayer en Portugal un tropiezo tan inesperado como merecido ante un Aguas Santas Milaneza que obtuvo su primera victoria (28-25) en la fase de grupos de la EHF. Sin duda, un golpe duro para los de Jacobo Cuétara, pero más por la forma o las malas sensaciones que dejó el equipo irundarra que por las consecuencias que este pinchazo pueda tener. Es cierto que los de Artaleku dejaron pasar una magnífica oportunidad de sellar matemáticamente su pase a la siguiente ronda, pero siguen terceros y su rival de ayer, lejos en la tabla, fue el único de sus perseguidores que consiguió sumar.

Sin duda, lo peor fue la desconexión que el equipo sufrió mediada la primera parte, con un socavón en el centro de su defensa, incapaces de frenar al central Afonso Lima y muy atascado en tareas ofensivas, con un Jon Azkue desaparecido, con un solo gol en su cuenta particular.

La derrota duele aún más viendo la aparente facilidad con la que los bidasotarras lograron sus primeras rentas nada más comenzar el partido. Parecía la oportunidad ideal para que el técnico bidasotarra rotara a sus jugadores, pero esos cambios desajustaron al equipo, cuya defensa 6:0 hizo aguas ante el acierto del central local (14-14 al descanso).

DE MÁS A MENOS

Con Harbaoui en la portería, Aguas Santas necesitó seis minutos para volver a marcar en la reanudación, pero Bidasoa no lo aprovechó para poner tierra de por medio, su ataque no le funcionó en ningún momento, lo que hizo crecer a un equipo local que no quiso desaprovechar la oportunidad.