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ANTAKYA

Turquía cesa la búsqueda en Hatay, donde aumentan los muertos

El Gobierno turco puso ayer fin a la búsqueda de víctimas en la provincia de Hatay, la más afectada por los terremotos del 6 de febrero en Turquía, Siria y Kurdistán que ya han registrado 45.998 fallecidos, y donde nuevas réplicas dejaron el lunes seis muertos más.

Un hombre corta carne en una mesa en la calle, junto a su casa derruida.
Un hombre corta carne en una mesa en la calle, junto a su casa derruida. (Sameer Al-DOUMY | AFP)

El pánico se apoderó en la tarde del lunes de los supervivientes de los devastadores seísmos de magnitud 7,7 y 7,6 que el pasado 6 de febrero sacudieron Turquía, Siria y Kurdistán, cuando dos réplicas de magnitud 6,4 y 5,8 volvieron a estremecer la provincia de Hatay, la más afectada y donde las autoridades turcas suspendieron ayer la búsqueda de víctimas.

A los 45.998 muertos provocados por los terremotos de hace dos semanas, según los últimos balances de las autoridades turcas y sirias, habría que sumar los seis registrados el lunes. El trágico balance y las más de 7.000 réplicas en estos quince días están llevando a los habitanres de las zonas afectadas a plantearse abandonar el lugar.

El epicentro del temblor de 6,4 se situó a una docena de kilómetros al sur de Antakya, la capital de Hatay ya devastada, y se sintió con fuerza en Siria, Líbano y Chipre. Dejó seis muertos y más de 300 heridos en Turquía y al menos 150 heridos en las zonas del noroeste de Siria fuera del control del Gobierno.

El terremoto, considerado una réplica de los registrados el 6 de febrero, derribó varios edificios y fue seguido por numerosas réplicas, incluida una de magnitud 5,8, según AFAD la agencia oficial de socorro.

Entre los edificios derribados se encuentra la sede de la Gobernación, en Antakya, donde dos hospitales tuvieron que ser evacuados.

«Era como si el suelo se abriera bajo nuestros pies y nos tragara. Pensé que era como el fin del mundo», declaró a AFP Ayse Altindag, de 42 años. «Pero luego, por la noche, me pregunté por qué seguía allí (...) Me dije que debía irme. Pero, una vez más, no lo conseguí», añadió.

«Más que miedo, tengo el corazón roto. El miedo va y viene, pero el dolor, la tristeza, se quedan. Porque lo hemos perdido todo. No solo la casa, nuestras cosas, un espejo o un armario, es nuestra infancia que ha desaparecido; nuestros amigos, la escuela, la calle (...) hasta el árbol donde recogías frutos ha desaparecido», lamentó.

El saldo de víctimas no ha sido mayor porque desde el 6 de febrero ningún edificio en Antakya y sus alrededores está habitado y la población pernocta al aire libre, en tiendas de campaña o en casas prefabricadas.

Pero al menos tres de las seis víctimas eran personas que habían entrado en edificios vacíos aún en pie para recuperar sus pertenencias, una práctica habitual estos días, pero muy arriesgada como ha mostrado el temblor de anoche. La AFAD pidió a los residentes de las zonas afectadas que no intenten volver a sus casas, ni siquiera brevemente.

Uno de cada diez; uno de cada cinco

Según el presidente, Recep Tayyip Erdogan, se ha proporcionado refugio a casi 1,7 millones de personas, incluidas 865.000 en tiendas de campaña y 376.000 en habitaciones.

Dijo que los sismos han derribado o dañado gravemente 139.000 edificios, con casi medio millón de viviendas u oficinas en las 11 provincias afectadas. Uno de cada diez o está derruido o debe demolerse con urgencia.

La relación es el doble en las provincias de Hatay y Kahramanmaras, las más afectadas, donde uno de cada cinco edificios está destruido.

A tres meses de la fecha -todavía mantenida por el momento- del 14 de mayo para las elecciones presidenciales y legislativas, Erdogan, que volverá a ser candidato, ha prometido la construcción de 200.000 viviendas en las once provincias afectadas.

Antakya con casi 400.000 habitantes, está tan destruida que la economía no se podrá recuperar a corto plazo. De 2.000 pequeños negocios registrados, 1.700 han quedado en ruinas, según el presidente de la cámara de comercio local, Hikmet Çinçin, lo que ha provocado el éxodo de los supervivientes, ya que no tienen los servicios necesarios para su vida diaria.

Pocas horas antes del terremoto del lunes, Erdogan visitó Hatay, la única en la que, junto a Kahramanmaras, más al norte, continuaba hasta ayer la búsqueda de supervivientes y la recuperación de cuerpos. Los últimos suprevivientes rescatados fueron una pareja, el sábado.