Es probable que sea una circunstancia efímera porque los tres equipos que tenía por delante tienen que jugar todavía y todos lo hacen como locales y ante rivales teóricamente asequibles pero, al menos esta noche, el Eibar ha vuelto a dormir en lo alto de la clasificación. Un paso adelante con el que mete presión al resto de candidatos al ascenso, que ven cómo los azulgranas han sido capaces de salir de inmediato del bache que les había llevado a enlazar dos derrotas, incluyendo la primera de la temporada en casa, con las que se habían visto descabalgados no ya del rimer puesto, sino del ascenso directo.

Lo más encomiable es que el Eibar ha sido capaz de tomar impulso en un momento complicado por la acumulación de bajas, que sin ir más lejos le han dejado sin laterales, hasta el punto de que ha tenido que recurrir al mercado de los futbolistas sin equipo con la contratación, de momento a prueba, de David Lasure. Ayer, Gaizka Garitano recurrió al mismo apaño que en el Anxo Carro, esta vez de inicio con Arbilla y Sergio en los laterales. Estuvo soberbio el navarro, sufrió algo más el asturiano en la segunda parte, sobre todo cuando le empezaron a pesar las piernas a un Troncho que, con Corpas sancionado, fue titular por segunda jornada consecutiva. Otros tres futbolistas del filial -Iker Alday, Arrillaga y Markel Arana- entraron en la convocatoria de un Garitano al que no le salían las cuentas, con siete jugadores del primer equipo fuera de combate entre lesiones y sanciones.

Lo que sí le salió fue el plan. Con ganas de sacarse la espina del Cartagena, que hace dos semanas acababa con la imbatibilidad de Ipurua, el Eibar entró esta vez al partido mejor que su rival. Tenía el balón y generaba peligro, con todos los jugadores de ataque especialmente activos. Bautista incluso marcó aunque el gol fue anulado por fuera de juego.

El susto espoleó al Villarreal B que, mediado el primer tiempo, se atrevió a cruzar el círculo central e hizo daño. Berrocal evitó que lo hiciera aún más, sacando bajo palos un remate de Hasseim.

Se reihicieron, también aquí, rápido los locales y llegaron al descanso mandando de nuevo. En el campo y en el marcador porque recién cumplida la media hora llegaba el 1-0. Fue en un córner que despejó Dela para que cazase y rematase Rahmani.

Se había puesto feo el partido para el Villarreal B en la forma y en el fondo y el equipo groguet volvió de vestuarios con tres caras nuevas y dibujo retocado que se le atragantaron a su rival. Más incómodo ahora, y con el cansancio de algunos jugadores basante acusado, el Eibar empezó a meterse atrás. Demasiado ante un equipo que marca con facilidad y que no necesita amagar demasiado para golpear.

Gasolina

Garitano metió oxígeno, sustituyenda Troncho, Rahmani y Bautista, que habían estado muy activos en el primer tiempo y lo empezaban a pagar, y el equipo lo agradeció. Agresivos, en algún momento demasiado, los azulgranas consiguieron primero frenar a su rival y después volver a mirar con ambición la portería de Gianni, que habían tenido olvidada durante un buen rato.

Y el gol volvió a llegar, de nuevo en una acción balón parado. Esta vez fue Arbilla el que envió al área una falta que peinó Nolaskoain para que Aketxe que ya se había encontrado con Gianni en una acción inmediatamente anterior, soltara ahora un remate imparable que permitía a los azulgranas vivir con tranquilidad los últimos diez minutos de partido... y el fin de semana completo.