El deterioro de la sanidad pública preocupa y un termómetro, al margen de las encuestas que se suceden, es la calle. Miles y miles de personas se movilizaron ayer al mediodía en Bilbo, Donostia y Gasteiz en su defensa y para exigir que se adopten «decisiones políticas» que resuelvan los graves problemas estructurales que afectan a Osakidetza.

A la convocatoria de la mayoría sindical conformada por Satse, ELA, LAB, SME, CCOO y UGT se sumaron plataformas ciudadanas en defensa de la sanidad pública, pensionistas y asociaciones de enfermos que sufren la pérdida de servicios y de calidad en los mismos. También destacó la presencia de parlamentarios de EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU.

Conscientes de la importante participación en las marchas, las portavoces sindicales emplazaron al Ejecutivo Urkullu a que recapacite sobre las políticas que viene implementando en la sanidad pública y que han propiciado el «colapso» de muchos servicios, especialmente la atención primaria. Defendieron que no se trata de una situación «coyuntural», provocada por la pandemia, como sostienen desde el Gobierno, sino que tiene que ver con las políticas que se han desplegado durante años, por ejemplo no planificando el relevo profesional en muchos servicios.

La más numerosa de las protestas fue la de Bilbo, que partió del Sagrado Corazón para finalizar en la plaza Bizkaia después de pasar por la delegación del Departamento de Salud. A la cabeza, representantes de los seis sindicatos con representación en la mesa sectorial y detrás, miles y miles de personas que no cesaron de corear consignas como «por una sanidad pública y de calidad», «hemen gaude empleguaren alde», menos discursos más recursos», «menos direcciones más contrataciones», «zerbitzu publikoak indartu», «todos los sectores son esenciales», «el gasto sanitario es prioritario», «OPE 18 resolución ya», «Osakidetza defenda dezagun» o «más dinero más personal en sanidad».

Agradecimiento a los pensionistas

Habían recorrido unos metros por la Gran Vía cuando la manifestación se topó con cientos de pensionistas que saludaron su paso antes de incorporarse al grito de «pentsionistak aurrera» o «lo público no se vende, lo público se defiende», que arrancó los aplausos. Al final, las representantes sindicales agradecieron expresamente el apoyo de este colectivo a sus movilizaciones.

En la intervención que cerró las marchas, advirtieron a la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, de que no van a permitir que sigan desmantelando la sanidad y por ello, llamaron a reforzar las movilizaciones hasta que el Ejecutivo Urkullu cambie sus políticas. «No vamos a permitir el desmantelamiento de la sanidad pública, ni un paso», remarcaron.

Sostienen que lo que la consejera Sagardui define como «reordenación de servicios» son cierres encubiertos y la externalización constante de categorías no sanitarias, aunque también afecte a estas, persigue el desvío de dinero público a empresas privadas, algunas de ellas sancionadas por conductas irregulares.

Las portavoces sindicales denunciaron el «maltrato sistemático» de la dirección de Osakidetza a su plantilla, que está sumida en la precariedad a todos los niveles. La tasa de temporalidad se sitúa por encima del 50% y es habitual que no se cubran las bajas, jubilaciones y otras ausencias. Este escenario, desvelaron, está provocando la huida de profesionales a sectores privados o incluso al extranjero.

El cansancio de la plantilla, alertaron, es preocupante mientras el Departamento de Salud continúa con su hoja de ruta, sin atender las demandas de los y las trabajadoras, lo que ahonda en la grave situación de la sanidad pública.

El respaldo ciudadano a sus movilizaciones lo consideran normal viendo que la atención que se presta es cada vez más deficiente. Citaron el cierre de Puntos de Atención Continuada (PAC), las Urgencias del hospital de Santiago o Cirugía Cardiaca de Basurto, sin olvidarse de los recortes en Atención Primaria, especialmente en los periodos vacacionales.

Insistieron en que no detectan ninguna voluntad por parte del Departamento de dar pasos adelante en la contratación de personal y en estabilizar la plantilla de la primera empresa pública de la CAV.

En esta situación, la mayoría sindical en Osakidetza reiteró su voluntad de negociación en la mesa sectorial, que aseguran está bloqueada por la actitud del Departamento de Salud, pero no tienen intención de responder el «circo mediático» que ha desplegado la consejera y su equipo.

En caso de no haber un cambio de rumbo radical en las políticas del Gobierno, dijeron que a los trabajadores y a la ciudadanía en general no les quedará otra opción que la lucha en defensa de un servicio que condiciona una vida digna, como sucede con la educaciones o las pensiones.

La consejera responde

No habían finalizado las movilizaciones cuando la consejera de Salud ya había efectuado unas declaraciones para tratar de responder a unos emplazamientos sindicales que no son nuevos pero que el Gobierno obvia a la vista del grado de conflictividad que existe en la sanidad pública. Gotzone Sagardui afirmó que el problema de Osakidetza «no es de condiciones laborales o de dinero», sino de falta de profesionales de sanidad, especialmente en medicina familiar y comunitaria, y en pediatría, «algo que ocurre en toda Europa».

Para la titular de Salud, este problema no es achacable al Ejecutivo de Lakua, sino a «varios años atrás, cuando desde la Administración del Estado redujeron las plazas de formación en medicina».

Sagardui niega que se esté desmantelando Osakidetza, como sostienen diferentes agentes, asegurando que «no hay ni un solo caso en el que un servicio de titularidad pública del Departamento de Salud se haya privatizado». «Los nuevos recursos que está creando Osakidetza, porque Osakidetza crece sin cesar, son todos de titularidad pública», enfatizó.

En este sentido, defendió que «nunca se han invertido más recursos de los que se invierten actualmente en nuestro sistema sanitario público». «Hemos incrementado el presupuesto de Salud y Osakidetza en un 43% en diez años. Por ejemplo, en el año 2013 el Departamento de Salud y Osakidetza tenían un presupuesto de 3.200 millones de euros. Este año contamos con más de 4.600 millones de euros. Además, la partida presupuestaria de 2023 supone rebasar el techo de los 2.000 euros por habitante hasta llegar a 2.114 euros per cápita», apuntó.

Del mismo modo, la consejera recordó que la plantilla estructural de Osakidetza se amplió el año pasado en 2.467 plazas, 358 de ellas en atención primaria; el presupuesto de este año contempla 919 plazas estructurales más; acaban de terminar las pruebas de la oferta pública de empleo para consolidar 3.535 plazas y esta misma semana se ha abierto la inscripción de las nuevas OPE con 7.639 plazas en 110 categorías profesionales.

«Hemos construido o estamos construyendo siete nuevos centros de salud; hemos creado cinco nuevos recursos de salud mental; estamos haciendo inversiones en los hospitales; contamos con 340 nuevos equipos para realizar resonancias ecografías, tacs», enumeró Sagardui como ejemplos, para aludir de nuevo al déficit de perfiles profesionales en Salud.

Declaraciones

«Es el momento de que la sanidad pública se convierta en una verdadera prioridad para el Gobierno Vasco»

ESTHER SAAVEDRA

Portavoz de ELA

«No hay ni un solo caso en el que un servicio de titularidad pública se haya privatizado»

GOTZONE SAGARDUI

Consejera de Salud

«La ciudadanía está notando la pérdida de servicios en la sanidad y la situación del personal»

AMAIA MAYOR

Portavoz de Satse

«Se ha orquestado un desmantelamiento progresivo de nuestra sanidad para que no funcione»

ANA TERE ÁLVAREZ

Portavoz de LAB