Dabid LAZKANOITURBURU

¿A la tercera, la vencida?

El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha anunciado un acuerdo con la UE para reformar el Protocolo del Norte de Irlanda, que regula la circulación de bienes entre Gran Bretaña y el norte de la isla impidiendo la vuelta a una frontera terrestre dentro de Irlanda, tal y como estipula el Acuerdo de Paz de 1998.

El protocolo, talón de Aquiles para los tories, sacó de Downing Street a Theresa May y debilitó a su verdugo y sucesor, Boris Johnson, quien tras hacer una finta y tragárselo entero perdió el apoyo del unionismo norirlandés y de los brexiters de su partido. Su amenaza de impulsar una ley que le permitiría contravenir el protocolo no le salvó de la quema, que tuvo más que ver con su errática y escandalosa gestión.

Sunak, que ha retirado ese proyecto de ley, logra reducir los controles (carril verde) en el intercambio de mercancías entre Gran Bretaña y norte de Irlanda. Por contra, se mantiene el carril rojo (los controles en los puertos del norte de la isla) para los productos de intercambio con la República de Irlanda.

En otro guiño a los unionistas, el acuerdo establece una cláusula, freno de Stormont, por el que el Gobierno norirlandés tenga voz y ¿voto? sobre las legislaciones comunitarias que afecten al norte de Irlanda.

En definitiva, cesiones y enunciados (de Protocolo de Irlanda a Acuerdo de Windsor) para intentar cuadrar varios círculos concéntricos. El de un Partido Conservador perdido en su laberinto, el de una Gran Bretaña que no sabe a dónde va y el de una Irlanda cada vez menos desunida. Atención a los unionistas. ¿Dejarán que Sinn Féin lidere legítimamente el Ejecutivo de Stormont?