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Acuerdo «histórico» para proteger el 30% de los océanos para 2030

Después de más de quince años de discusiones, los Estados miembros de la ONU han sellado un acuerdo para proteger la altamar, las aguas más allá de las estatales y que son el mayor hábitat del planeta, y abrir el camino para proteger al menos al 30% del océano para 2030.

Albatros sobrevuelan el mar camino de las islas Kerguelen o islas de la Desolación. (Patrick HERTZOG | AFP)

Los Estados miembros de Naciones Unidas alcanzaron en la madrugada de ayer un acuerdo para la redacción del primer tratado internacional de defensa de la altamar y su biodiversidad. Es un pacto crucial obtenido tras más de 15 años de debates para proteger las aguas internacionales. Actualmente, apenas el 1% de la altamar está protegida.

Organizaciones marinas, ecologistas y de defensa ambiental de todo el mundo, agrupadas en la Alianza de Alta Mar calificaron de «histórico» el tratado para proteger las aguas más allá de las nacionales, el mayor hábitat del planeta, y abrir el camino a proteger el 30% de los océanos.

La Alianza, que integra a más de 40 ONG, y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), aseguraron que el acuerdo es un enorme paso para proteger legalmente con «santuarios oceánicos» la vida marina y adaptar «la gobernanza» de la altamar al siglo XXI.

El consenso llegó tras una maratoniana negociación que arrancó el 20 de febrero y tenía que haber acabado este viernes, pero siguió hasta la madrugada de ayer, con más de 35 horas seguidas de discusiones, para limar diferencias.

Con apenas el 1% de la altamar actualmente protegida, el nuevo texto sienta las bases para el establecimiento de zonas marinas protegidas, lo que debe facilitar que se cumpla la promesa internacional de salvaguardar al menos el 30% de los océanos para el año 2030.

El tratado establece requisitos «modernos para evaluar y gestionar las actividades humanas que afectan a la vida marina en altamar», además de garantizar transparencia para mejorar la gestión de sectores como la pesca, el transporte marítimo y otras actividades que han ido deterio- rando la salud de los océanos.

Pese a su enorme importancia para el planeta, hasta ahora estas aguas situadas a más 200 millas marinas de la costa y compartidas por todos, han estado gestionadas por acuerdos y organismos internacionales sin jurisdicción clara, sin demasiada coordinación y con normas inadecua- das para su protección.

«El barco ha llegado a la costa», anunció la presidenta de las negociaciones, una agotada Rena Lee, para confirmar que finalmente había un consenso sobre el documento, que busca «asegurar la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional».

Desde la UICN, Minna Epps dijo que el pacto «abre el camino para que la humanidad finalmente proteja la vida marina en nuestro único océano», ya que «cierra brechas en el derecho internacional» y ofrece un marco para que los Gobiernos trabajen «juntos» en la protección de la salud global de los océanos, y fortalecer la resiliencia climática y el bienestar socioeconómico y la seguridad alimentaria de las personas.

«Este es un día histórico para la conservación y una señal de que en un mundo dividido, proteger la naturaleza y a la gente puede imponerse a la geopolítica», señaló en una primera reacción Laura Meller, de Greenpeace. «Los países -añadió- deben adoptar formalmente el tratado y ratificarlo lo más rápido posible para que entre en vigor y garantizar los santuarios oceánicos totalmente protegidos que nuestro planeta necesita».

El texto será traducido a todos los idiomas oficiales de la ONU y, tras ser ratificado por suficientes países, probablemente se requiera su aprobación en la Asamblea General.