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Postor


Recular sería abdicar, ha lanzado un senador macronista refiriéndose al proyecto de reforma de las pensiones que mañana vivirá una nueva huelga general que se anuncia, una vez más, masiva. La frase responde a una forma de gobierno que no es nueva y que se basa en la teatralización de un diálogo social que en realidad no existe. Pero no es de extrañar. Vivimos en la cultura de la pose. Y eso vale para un proyecto de ley como para una visita presidencial a Angola donde en la foto de grupo le colocan a Macron un escalón de madera con el que ganar una falsa altura con la que situar sus hombros unos centímetros más arriba que los del resto, pero que en definitiva le hizo más pequeño a él y al Estado acomplejado al que representa. Ese mismo Estado que, de la mano del primer ministro socialista Pierre Mauroy, adoptó a principios de los 80 la reforma de las pensiones que fijaba en 60 años la edad de la jubilación. Desde entonces se ha reculado. Primero hasta los 62. Ahora hasta los 64. Y nadie ha abdicado. Hace unas semanas se sacaron a subasta 850 objetos que pertenecieron al difunto Mauroy. Toda una metáfora en un país en el que su presidente está subastando derechos sociales sin más duelo que el que le provocan las huelgas generales. Mañana tiene otra. A ver si al final recula o acaba aparentando ser el mejor postor.