GARA Euskal Herriko egunkaria
LA BELLEZA Y EL DOLOR

Nan Goldin contra el emporio Sackler


La bostoniana Lura Poitras está considerada como la mejor documentalista actual, y desde luego la más incisiva a la hora de abordar cuestiones candentes que parecen quemar en otras manos. Dicho reconocimiento se debe sobre todo al éxito de su magistral “Citizenfour” (2014), que le valió el Óscar y el Bafta al Mejor Documental, por su valentía al retratar a Edward Snowden y su denuncia de los sistemas de vigilancia estadounidenses. Un perfil que amplió con “Risk” (2016), en torno a Julian Assange y la difusión de documentos secretos. Esta galería de personalidades que definen el activismo político del nuevo milenio, incluye asimismo al doctor suní Riyadh, que se presentó a las primeras elecciones libres en Irak, y que protagonizó “My Country My Country” (2006).

La semblanza de una mujer que le podía faltar ha llegado, y de que manera, con “La belleza y el dolor” (2022), que ha roto todas las barreras imaginables para el género documental, al ganar el León de Oro en la Mostra de Venecia, además de quedar finalista para el Óscar y el Bafta. Y se lo debe en gran medida a la fotógrafa Nan Goldin, a la que presenta como una infatigable luchadora, que no se quedó en ser la testigo de primera fila de la contracultura neoyorquina en los 80, con sus obras en las que mostró al mundo los estragos causados por la heroína y el sida.

“La belleza y el dolor” (2022) es cine militante, que apuesta por el compromiso social e ideológico del arte. Se centra en el pulso que Goldin mantiene con el emporio Sackler, familia propietaria de la industria farmacéutica del mismo nombre. El conflicto surgió cuando, para tratarse de una lesión, a la fotógrafa le recetaron Oxycontin, que resultó ser adictivo. Goldin demuestra que Sackler ha generado una epidemia a través del consumo de opioides en los Estados Unidos, por lo que llama a que no se colabore con las fundaciones artísticas y museos de su propiedad.