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CICLISMO AMATEUR

Unai Zubeldia, un analista de los datos al que Iker Mintegi ayudó a estrenarse

El navarro le dijo tras unirse en Mendexa que iba a ganar su primera carrera como recompensa a la ayuda que le dio el año pasado para imponerse en Iturmendi. El guipuzcoano estudia en Bilbo Business Data Analytics y ve salida en los conjuntos profesionales.

Unai Zubeldia, a la izquierda, e Iker Mintegi entraron de la mano en Berriatua. (Oskar MATXIN | FOKU)

Unai Zubeldia (Ibarra, 2003) logró el sábado en Berriatua su primera victoria como sub’23 de la mano de Iker Mintegi, que antes de que el director del Laboral Kutxa Mikel Gaztañaga le dijera que debía ganar el guipuzcoano ya le había dejado claro que iba ser así.

Zubeldia recuerda que «al coronar Mendexa llegó a mi altura a falta de veinte y me dijo “hoy consigues tu primera victoria”. El año pasado Iker logró un triunfo bonito en Iturmendi, que aporté mi granito de arena, y fue un subidón tremendo que me dijese que iba a ganar yo. Le encuentras sentido a muchos sacrificios y sientes una alegría inmensa».

El de Ibarra empezó con la familia de su madre y su tío, Aitor Elduaien, muy vinculado al ciclismo. Se apuntó como benjamín en el Oriako, donde estuvo hasta el último año junior, en el que ganó cuatro carreras, fue segundo en la Gipuzkoako Itzulia y tercero en la Vuelta a Pamplona.

Fue su primer año con potenciómetro y con preparador, Eneko Iparragirre, que le ayudó hasta el debut como sub’23: «Empecé muy bien la temporada en Essor Basque y fui segundo en Colindres, pero tuve una caída, estuve dos semanas parado y no recuperé mi nivel hasta los Top 20 en las clásicas de Italia y fui un día maillot blanco del Giro. Eran casi carreras de profesionales, con un nivel y un ritmo muy alto. Aprendes a gestionar tus fuerzas y a leer mejor las carreras».

Fue el único debutante del Laboral Kutxa en el Giro y este año, ya con Jorge Azanza como preparador y con nutricionista, en Colindres fue tercero y ganó en Berriatua: «He subido un pasito más y estoy muy bien de forma». Le apena la suspensión de Aiztondo porque «corrí dos pruebas de la Copa de España y nos venía mejor, por carreteras de casa».

Este fin de semana correrá en Laukiz y Lizarra y quiere estar en Bidasoa, Nafarroa y el Giro: «Pasé miseria y me gustaría sacarme la espina».

Mide 1,87, pesa 72 kilos y estas carreras le servirán para ver su progresión en la montaña: «No destaco en ningún terreno, voy bien en todo. En el Giro puertos de 10-12 minutos los pasaba bien y los de media hora me costaba más».

LOS ESTUDIOS

Compagina el ciclismo con el segundo año de Business Data Analytics: «Desde pequeño me ha gustado ver clasificaciones de La Liga, de pruebas ciclistas y cuando descubrí esta carrera y los temas que se trataban me animé».

Ve incluso más opciones de llegar a un equipo profesional «como analista de datos porque como ciclista es complicado». Entiende que, como en otros deportes, los analistas van a tener presencia en el ciclismo: «Llegará un punto que el calendario de un equipo lo diseñe un algoritmo teniendo en cuenta las características de los ciclistas para obtener el máximo de puntos, sobre todo para los que se juegan los ascensos y los descensos. En los últimos años con el Sky parecía que se iban a medir todos los esfuerzos y se subirían los puertos mirando la pantalla, pero Pogacar, Van Aert o Van der Poel corren por sensaciones. No son todo números».

El Laboral Kutxa le ha pedido que publique estudios del equipo: «Cuando terminé la temporada hice un hilo con datos míos, les gustó mucho y me propusieron hacer una colaboración mensual en la que analice datos del equipo».

Siente que ha tenido una buena acogida porque «en el ciclismo tampoco se ha indagado tanto en el tema de los datos, solo de puertas para dentro, y a la gente le gusta que se publiquen. Siempre debes tener cuidado, no puedes desvelar datos de rendimiento del equipo. Como pasa en la Fórmula Uno, los equipos ocultan su rendimiento».

Entiende que dar prioridad a los estudios no es un obstáculo para pasar a profesionales: «Unai Iribar pasó nada más acabar la carrera e Isasa sigue estudiando mientras corre. Para mí ser profesional es un sueño, pero sigo con los pies en la tierra y mi apuesta de momento son los estudios. Es una desventaja con otros que solo se dedican al ciclismo. En invierno muchos bajan al Sur para entrenarse mejor y yo tengo que quedarme aquí y salir algunos días con linterna, pero nada es imposible».