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Un dron de EEUU cerca de Crimea aumenta la tensión con Rusia

El incidente con un dron estadounidense que cayó al mar Negro, cerca de Crimea, aumentó la tensión entre EEUU y Rusia. Washington aseguró que un caza ruso golpeó el aparato, y advirtió de que seguirá «operando en el espacio internacional». Rusia sostiene que cayó solo.

Un dron Reaper MQ-9, en una prueba sobre el desierto de Nevada. (William ROSADO | AFP)

El incidente con un dron estadounidense sobre el mar Negro aumentó la tensión entre EEUU y Rusia en un área cercana al escenario de la guerra ucraniana. Washington aseguró que un caza ruso SU-27 golpeó las hélices del dron, lo que llevó a los militares estadounidenses a derribarlo.

EEUU explicó que se trataba de un Reaper MQ-9, una aeronave que tiene capacidad para llevar hasta ocho misiles y entrar en combate, pero que fue diseñado para prolongadas labores de vigilancia. También conocido como “Predator B”, tiene el aspecto de un avión, puede alcanzar una velocidad máxima de 480 kilómetros por hora y mide once metros.

Las Fuerzas Armadas estadounidenses aseguran que estaba llevando a cabo «operaciones de rutina en el espacio aéreo internacional» y denunciaron una maniobra «poco segura y poco profesional» por parte de dos aviones rusos que volaron cerca del dron durante más de 30 minutos. Advirtieron además sobre el peligro de «un error de cálculo» y una «escalada no intencionada» de dichas tensiones. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, dijo que «no es raro» que Rusia intercepte aeronaves estadounidenses en la zona, pero que, en esta ocasión, las maniobras rusas fueron «inseguras, poco profesionales e imprudentes».

Kirby insistió en que «vamos a seguir volando y operando en el espacio aéreo internacional sobre algunas aguas internacionales (...) El mar Negro no pertenece a ninguna nación. Y vamos a seguir haciendo lo que tenemos que hacer por nuestros intereses de seguridad nacional en esa parte del mundo». El Departamento de Estado convocó al embajador ruso en Washington, para trasladarle su protesta.

El Pentágono sostiene que el dron MQ-9 se encontraba realizando «operaciones rutinarias» y eludió detallar si estaba armado o no.

La OTAN informó a sus aliados del incidente.

Por su parte, el Ministerio de ruso de Defensa explicó que fue avistado cerca de la península de Crimea y se dirigía hacia la frontera estatal rusa, por lo que unidades de la Fuerza Aérea se dirigieron hacia el dron para identificarlo.

Añadió que el dron volaba con los transpondedores apagados y violando el área delimitada de conformidad con las normas internacionales para realizar sobrevuelos en el espacio aéreo internacional.

Explicó que los militares rusos no hicieron uso de armamento ni llegaron a impactar con el dron, que tras una serie de «maniobras bruscas, descontroló su vuelo», perdiendo altitud y precipitándose finalmente sobre aguas del mar Negro.

Es la primera vez desde la invasión rusa de Ucrania que un país de la OTAN reconoce haber perdido un equipo operado por él mismo. La guerra ha aumentado el número de aparatos de vigilancia en la zona y aunque los países occidentales no participan directamente en los combates, sus actividades de recopilación de información son un fuerte apoyo para Ucrania.

Nord Stream

Por otra parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, expresó su sospecha de que bajo los gasoductos Nord Stream pueda haber otra bomba, similar a la que explotó en septiembre pasado en el Báltico, tras el hallazgo de una posible «antena para la recepción de una señal con el fin de activar un artefacto explosivo», a unos 30 kilómetros del lugar del sabotaje.