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Malawi pide ayuda ante el desastre provocado por el ciclón Freddy

El Gobierno de Malawi ha declarado el estado de catástrofe y ha pedido ayuda internacional ante la tragedia provocada por el ciclón Freddy, el más duradero, que ha dejado casi 250 muertos en Malawi, Mozambique y Madagascar a su paso por el sur de África.

Una mujer cruza un improvisado puente en Blantyre. (A. GUMULIRA | AFP)

El presidente de Malawi, Lazarus Chakwera, pidió ayer ayuda internacional para hacer frente a la devastación causada por el ciclón Freddy, una tragedia que se cobró la vida de al menos 225 personas en el empobrecido país del sur de África. Chakwera viajó a Blantyre, capital económica del sur y epicentro de la catástrofe, donde asistió a una ceremonia por las víctimas del ciclón. «Esto es una tragedia nacional. Hago un llamamiento a los socios y donantes internacionales para que presten más ayuda ante la destrucción y los daños causados por el ciclón tropical Freddy», insisitió.

Freddy también golpeó en dos ocasiones al vecino Mozambique, donde se registra un balance provisional de 21 muertos, así como a Madagascar y a otras islas del Índico.

El excepcionalmente duradero ciclón, probablemente el más persistente de la historia, ya había azotado el sur de África a finales de febrero, matando a 17 personas, antes de regresar a principios de marzo.

Con vientos menos potentes pero lluvias torrenciales, el ciclón provocó fuertes inundaciones y corrimientos de tierra mortales en Malawi, donde se declaró el estado de catástrofe.

El Gobierno desplegó la Policía y el Ejército, que trabajaban a contrarreloj buscando a varias decenas de personas que continúan desaparecidas.

En el sur de Malawi, al menos 190.000 personas han sido desplazadas. Más de 88.300 han perdido su hogar. Escuelas e iglesias se han convertido en refugios de emergencia y se han abierto 165 centros de acogida. Una docena de instalaciones sanitarias se han visto afectadas por la destrucción. Con los puentes derrumbados, el nivel del agua todavía alto en muchos lugares y el barro, las operaciones de rescate se ven dificultadas.

Tras varios días de lluvias torrenciales, inundaciones y deslizamientos de tierra, las precipitaciones pararon ayer por la mañana.

Dos días atrás, en la comunidad de Chilobwe, familias y socorristas excavaban en el barro, a veces con las manos, en busca de seres queridos o al menos sus cuerpos.

«Hay muertos por todas partes (...) todo el mundo ha perdido a alguien», lamentó Fadila Njolomole, una joven de 19 años.