Finlandia se convirtió ayer en el 31 miembro de la OTAN, con lo que la Alianza suma 1.300 kilómetros de frontera con Rusia, duplicando los que mantenía hasta ahora, algo que, paradójicamente, ha sido una de las constantes preocupaciones de Moscú en el ámbito de su seguridad.

Pese a ocho décadas de «neutralidad», Finlandia ya había ido estrechando paulatinamente la cooperación con la OTAN a través del programa Asociación para la Paz, mediante el que participaba en maniobras militares conjuntas y misiones lideradas por la Alianza, como las de Afganistán (ISAF) y Kosovo (KFOR).

Pero la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 aceleró la adhesión formal al bloque militar, completada en un tiempo récord, aunque dejando a Suecia en el camino por las reticencias de Turquía, que exige la extradición de asilados kurdos. Aun así, la OTAN confía en completar el proceso antes de la cumbre en Vilna en julio.

Impulso a la capacidad de la OTAN

Finlandia aporta a la OTAN una contribución estratégica fundamental y aumenta la capacidad de una organización que depende de las fuerzas armadas de sus miembros. Tiene 12.000 soldados profesionales pero entrena a más de 20.000 reclutas al año y puede contar en tiempos de guerra con 280.000 soldados con capacidad de combate, más otros 600.000 reservistas, una fuerza excepcional en Europa.

El país nórdico pretende aumentar un 40% su presupuesto de defensa para 2026. Cuenta con una flota de 55 aviones de combate F-18, que pretende sustituir por F-35 estadounidenses, 200 tanques y más de 700 piezas de artillería.

Un contingente que se suma a casi 3,5 millones de efectivos, militares y civiles combinados; una fuerza de reacción rápida de 40.000 soldados más 100.000 soldados estadounidenses ya desplegados en Europa y una fuerza capaz de desplegar 5.000 hombres en dos o tres días.

Hace solo tres años, la OTAN se encontraba en una crisis existencial. A fines de 2019, el presidente francés, Emmanuel Macron, había hablado de su «muerte cerebral», y EEUU reprendía a sus aliados por no contribuir lo suficiente con su gasto militar. En 2020 la Alianza constituyó un grupo de expertos para reflexionar sobre su futuro y su secretario general, Jens Stoltenberg, presentó la iniciativa OTAN 2030, con el objetivo de hacerla «más fuerte militarmente. Más fuerte políticamente. Y más global», con un aumento de los gastos militares y un mayor protagonismo en las decisiones de sus miembros.

La invasión de Ucrania dio el empujón para hacerlo posible. Sus despliegues en Europa han pasado de cuatro grupos de batalla (Estonia, Lituania, Letonia, Polonia) a ocho (con Bulgaria, Rumania, Hungría y Eslovaquia). Todos los miembros han disparado el gasto militar y han llevado al límite la producción de armamento.

Stoltenberg aseguró ayer que Finlandia y la OTAN no han discutido por el momento el despliegue de tropas aliadas de forma permanente en el país escandinavo. «Es una decisión finlandesa. No habría tropas de la OTAN sin su consentimiento», señaló, aunque sin descartar ejercicios y presencia naval y área.

La frontera geoestratégica que opone a Rusia y EEUU ya va desde el Océano Ártico hasta el Mar Báltico y la entrada de Finlandia, compromete la situación de Kaliningrado o San Petersburgo y la flota rusa estacionada allí.

Antes de la invasión de Ucrania, Rusia exigió a la Alianza que se abstuviera de cualquier ampliación y actividad militar en Ucrania, Europa del Este, el Cáucaso Sur y Asia Central. En respuesta, la OTAN exigió la retirada de las tropas rusas de Ucrania, Georgia y Moldavia, en referencia a Crimea, Osetia y Abjasia y Transdnistria.

Ayer, la incorporación de Finlandia se formalizó en una ceremonia en los cuarteles generales de la Alianza Atlántica en Bruselas, en la que el presidente finlandés, Sauli Niinistö, hizo oficial que «la era del no alineamiento militar ha llegado a su fin y empieza una nueva era». Tras la izada de la bandera finlandesa, el ministro de Exteriores en funciones, Pekka Haavisto, se sentó ya como miembro del bloque militar en la reunión.

La adhesión de Helsinki «es quizás la única cosa que podemos agradecer al presidente (ruso, Vladimir) Putin», se felicitó el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken.

En esta primera reunión, los ministros trabajaron en un programa plurianual de apoyo a Ucrania, que se sume a los 65.000 millones en asistencia militar a Kiev, incluidos carros de combate y cazas, gastados desde el comienzo de la invasión.

Moscú anuncia contramedidas «tácticas y estratégicas»

Rusia insistió en que el ingreso de Finlandia en la OTAN «nos obliga a tomar contramedidas para garantizar nuestra seguridad», tanto «en el plano táctico como estratégico». Dijo que actuará en función de cómo la OTAN «explota el territorio» finlandés. El viceministro de Exteriores, Sergei Riabkov, añadió que la ampliación no fortalecerá a la OTAN y que, de hecho, las medidas de Moscú ponen a Finlandia en una situación más débil. El ministro de Defensa, Sergei Shoigu, advirtió de que el ingreso de Finlandia y el aumento de las actividades de entrenamiento y vigilancia de la OTAN cerca de las fronteras de Rusia y Bielorrusia crean riegos de una expansión del conflicto en Ucrania, «pero no afectará el resultado de la operación especial». Recordó las medidas de Moscú y Minsk, de modo que aviones de combate bielorrusos pueden ahora alcanzar objetivos enemigos «con armas nucleares».GARA

AEBak eta EBa, Txinari begira

Anthony Blinken AEBetako Estatu Departamentuko burua eta Josep Borrell Europear Batasunean Kanpo Arazoetarako goiu-ordezkaria Bruselan bildu ziren atzo energiaren arloan elkarlana aztertzeko bileran eta Errusia eta Txina izan zituzten hizpide. Blinkenen esanetan, AEBen eta EBaren arteko harremana «mundu osoan dagoen zabalena eta dinamikoena da».

AEBek gutxienez 50.000 milioi tona gas salduko dizkio EBari aurten ere, honek Errusiari ez erostea erabaki eta gero.

Kremlinaren diru-sarrerak «erabat agortu» direla ziurtatzeaz eta txalotzeaz gain, Borrellek Txina izan zuen jo-mugan alboan Blinken ixilik zuela. Txinak Errusiak Nazio Batuen Itunaren aurkako bortxaketa babesten du eta hortaz hitzegin dugu», esan zuen politikari katalan-espainola. «Argiak izan gara Txinarekiko. Errusiaren basakerien eta gerra krimenen aurrean duen jarrerak Pekinekin izango ditugun harremanak baldintzatuko dituzte».

Pedro Sanchez presiderte espainolaren atzetik, Emmanuel Macron presdente frantsesa eta Ursula von der Leyen Europako Batzordeko burua Pekinen dira. Datorren astean Borrel bera joango da.GARA