Dabid LAZKANOITURBURU

Ecos balcánicos

Los Balcanes, esa tierra tan olvidada -salvo cuando saltan sus costuras interétnicas y geopolíticas- han ofrecido estos días noticias que pueden tener consecuencias a futuro en esa región tan sufrida y apasionante. El expresidente de Kosovo y líder político del UÇK se ha sentado en el banquillo de los acusados junto a otros dirigentes de la guerrilla albano-kosovar acusado de un centenar de muertes de miembros de las minorías serbia de Kosovo y romaní, y de opositores albano-kosovares.

El arranque del juicio es ya un acto de justicia para las víctimas. Paralelamente, corrige ese sesgo antiserbio del que han sido acusadas las sucesivas cortes con sede en La Haya, con el TPI a la cabeza, en los juicios por la guerra de Bosnia.

Una crítica que olvida que hubo militares croatas condenados -cierto es que su máximo responsable, Franjo Tudjman, murió en la cama mientras el serbio Slobodan Milosevic murió en su celda- y pasa por alto la especial responsabilidad serbia en las matanzas.

Frontera con esta última y con Kosovo, Montenegro ha certificado la defunción política de su «eterno líder» Milo Djukanovic. Máximo dirigente montenegrino desde los últimos años de vida de la República Federativa Socialista de Yugoslavia (RFSY), de la que Montenegro formaba parte, Djukanovic fue aliado de Milosevic para convertirse luego en el paladín de la secesión de Serbia.

Desde entonces, ha pilotado el país alternando los cargos de presidente y primer ministro y, según sus detractores, manejando los hilos de su pobre economía a base de clientelismo y corrupción. Hasta que ha sido desbancado precisamente por un economista y antiguo ejecutivo del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo.

Jakov Milatovic, líder del extraparlamentario ¡Europa Ahora! logró el 60% de votos en la segunda vuelta de las presidenciales cosechando, de un lado, los apoyos anti-Djukanovicdel electorado europeísta y reformista y, de otro, de los votantes prorrusos de la minoría serbia. Tanto Rusia como Occidente seguirán mirando a Podgorica.

Más atención debería prestar, sobre todo la UE, al caos político en Bulgaria. Conservadores del corrupto ex primer ministro Borisov (GERB) y reformistas del PP-BD han vuelto a empatar técnicamente en las quintas elecciones en dos años. En las que la ultraderecha panbúlgara y prorrusa Vazrazhdane (Resurrección) se convierte en tercera fuerza y en las que ha votado un 40% del censo.

Cuidado con Bulgaria. Que también son Balcanes.