Los presidentes de Rusia y de Ucrania, Vladimir Putin y Volodimir Zelenski, respectivamente, visitaron a sus tropas en los frentes del sur y este, de cara a la anunciada contraofensiva ucraniana, cuyo inicio dependerá no solo de las condiciones climáticas, sino también de la ayuda militar de los socios de Kiev. Lo hicieron con un día de diferencia.

Era la segunda vez que Putin viajaba a Ucrania desde el inicio de la invasión, tras su visita en marzo a la destruida Mariupol, en Donetsk, pero la primera a los frentes del sur y del este en los casi 14 meses de campaña militar.

Ante los mandos militares de las unidades Dnipro (Jersón) y Vostok (Lugansk), recalcó la importancia de «escuchar su opinión» sobre cómo se está desarrollando la situación en el sur y este, en un momento en el que Kiev ha anunciado su contraofensiva, según informó el Kremlim ayer sobre la visita del lunes. Agregó que los mandos habían sido convocados para una supuesta videoconferencia, sin ser informados de antemano de la visita de Putin.

Tras la contraofensiva ucraniana de otoño, las fuerzas rusas tuvieron que retirarse del tercio norte de Jerson e incluso ceder la capital regional, mientras que en el caso de Lugansk controlan casi la totalidad de la provincia.

Según expertos occidentales y blogueros militares rusos, una de las direcciones de la contraofensiva ucraniana podría ser Jerson, pero especialmente la vecina Zaporiyia para tratar de cortar el estratégico corredor terrestre ruso, que se extiende desde el este a la península de Crimea.

La respuesta de Zelenski fue personarse en las posiciones de las fuerzas ucranianas en la ciudad de Avdiivka, actualmente bajo el asedio del Ejército ruso que intenta cercarla, y al noroeste de la capital regional, Donetsk.

No es la primera vez que Zelenski visita zonas del frente en las que tienen lugar intensos combates: hace un mes visitó Bajmut, el epicentro de los enfrentamientos en el este ucraniano.

Mientras, los mercenarios de la Wagner continúan su avance en esta ciudad, donde han capturado doce manzanas desde el viernes, según Moscú.

Según la Inteligencia británica, Rusia estaría desviando actualmente tropas de otros sectores del frente en Donetsk hacia Bajmut.

Para garantizar el éxito de su contraofensiva, Kiev apuesta por la reunión de la OTAN y otros socios el próximo viernes en la base alemana de Rammstein.

Lula insiste en condenar la invasión y en la necesidad de negociar

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, insistió en que condena la invasión rusa de Ucrania, después de que EEUU y la UE criticaran sus declaraciones sobre el papel de la OTAN en la guerra. «Al mismo tiempo que mi Gobierno condena la violación territorial de Ucrania, defendemos una solución política negociada», matizó Lula, que insistió en la urgente necesidad de crear un grupo de países que contribuyan a que Kiev y Moscú se sienten a negociar. Washington y Bruselas arremetieron contra Lula por haber dicho que los miembros de la OTAN están contribuyendo a alargar la guerra. John Kirby, uno de los portavoces de la Casa Blanca, lo acusó de «repetir como un loro la propaganda de Rusia y China». El asesor de Lula para asuntos internacionales, Celso Amorim, tachó de «absurdas» esas críticas.

Lula recibió ayer al canciller ruso, Sergei Lavrov, al que trasmitió de primera mano la propuesta de paz brasileña, sobre la que el Kremlin quiere conocer más detalles antes de valorarla. A su vez, Vladimir Putin invitó a Lula a la próxima edición del Foro Económico de San Petersburgo, en junio. GARA

 

Rusia mantiene en prisión por espionaje a Gershkovich

La Justicia de Rusia rechazó ayer liberar al periodista de EEUU Evan Gershkovich y seguirá en detención preventiva por cargos de espionaje, que conllevan una pena de 20 años de prisión y que él niega. El arresto del corresponsal de "The Wall Street Journal" se produjo en marzo, en plena crisis entre Washington y Moscú por la guerra en Ucrania. El Kremlin dice que fue detenido en flagrante delito de espionaje, pero sin aportar pruebas, ya que el caso está clasificado. Las autoridades le acusan de recopilar información sobre la industria de defensa. GARA