Le costó bastante más de lo esperado, pero Bidaideak Bilbao BSR cumplía ayer su objetivo de estar en las semifinales de Copa. «Hemos estado muy nerviosos al principio, con mucha ansiedad, y yo tampoco he acertado a dirigir al equipo donde quería», indicaba un Asier García que, pese a tener un primer tiempo repleto de errores en el tiro, terminó firmando 21 puntos, 14 rebotes y 14 asistencias, siendo, junto con el interior italiano Giulio Maria Papi, autor de 24 tantos, el gran impulsor de la victoria de la escuadra de Txurdinaga en esta Copa que se disputa en Vallecas.

De hecho, Bidaideak Bilbao BSR es el vigente campeón de Copa, pero tener que enfrentarse a Ilunion en semifinales esta tarde a partir de las 19.00 hace que haya que tener los pies en la tierra, por más que revalidar el título es un dulce que a nadie amargaría. «Nos encantaría lograrlo, pero nuestro objetivo era llegar a semifinales, ya que sabemos que poder revalidar el triunfo en la Copa está muy muy caro», reconocía Asier García, luego del 79-72 final del partido de cuartos de final.

DE MENOS A MÁS

El conjunto malagueño salió respondón, al punto de llegar con una breve renta al descanso, 35-38 pero sobre todo por llevar la iniciativa en el juego. «Si esto fuera un partido de liga, ya iríamos ocho puntos arrima. ¡Un poco de tranquilidad, señores!», reclamaba el técnico bilbaino en un tiempo muerto, sorprendido por las prisas de sus jugadores.

Después del paso de vestuarios, Bidaideak Bilbao BSR subió a un nivel mucho más reconocible. «¡Señores, hemos vuelto!», celebraba Adrián Yáñez en un tiempo muerto.

Junto con Giulio Maria Papi, Asier Garcíaencontraba el acierto desde la media distancia, pero más allá de eso, los bilbainos no sobrevivían por acierto, sino que su juego se iba volviendo más fluido.

La escuadra malagueña empataba a 51, pero un muy mejorado Bidaideak Bilbao BSR le endosaba un oparcial de 9-1 para cerrar el último cuarto con 60-52 en su marcador, con Giulio Maria Papi superando los 20 puntos en su casillero estadístico y Asier García firmando ya el triple doble antes de arrancar con el cuarto final.

Un triple de Asier García inauguraba el último parcial, un cuarto en el que el base bilbaino se adueñó definitivamente del partido, mientras que el conjunto de Vélez-Málaga se iba desmadejando, en el sentido de que sus ataques se han vuelto cada vez más desordenados y pendientes más del talento y de cargar el rebote ofensivo que de la elaboración del juego.

El sello al partido se lo ponía el mentado Asier García con un «dos más uno» mientras era derribado de su silla, elevando un 76-64 queel cuadro malagueño no podía sino maquillar a última hora.