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EMBAJADOR DEL ATHLETIC POR EL 125 ANIVERSARIO
Entrevista
Thomas hitzlsperger
Exjugador de la selección de Alemania

«El fútbol es para todos y los clubes tienen una responsabilidad»

Internacional con Alemania en más de 50 ocasiones y campeón de la Bundesliga con el Sttutgart, en 2014 hizo público que era homosexual poco después de anunciar su retirada. El Athletic le ha designado como embajador del mes de abril por los valores a favor de la inclusión que representa.


Futbolista experimentado, quedó tercero en el Mundial de 2006 con su selección y fue subcampeón de Europa en 2008. Nacido en Múnich en 1982, se formó en la cantera del Bayern e inició su carrera profesional en el Aston Villa en 2001. Después, entre 2005 y 2010, estuvo en el Stuttgart, donde ganó una Bundesliga y ejerció de capitán. Tenía un potente disparo con la zurda y en la prensa le apodaban «el martillo». Las continuas lesiones le obligaron a anunciar su retirada prematura en 2013 tras pasar por Lazio, West Ham, Wolfsburgo y Everton.

Meses después de colgar las botas, hizo pública su orientación sexual en una entrevista. Fue el primer futbolista alemán en hablar abiertamente sobre ello y dijo que quería «impulsar la discusión» sobre la homosexualidad en el deporte profesional. El Athletic le ha designado como embajador del club en el mes de abril por «abrir un camino para que las generaciones futuras puedan disfrutar de su pasión por el fútbol con absoluta normalidad, sin prejuicios ni discriminaciones».

¿Qué tal se ha sentido acogido por el Athletic?

Estoy encantado y agradecido. Todas las personas con las que he tratado han sido muy agradables conmigo. He comprobado que el Athletic es algo que va más allá del fútbol, se percibe el vínculo que tiene con la gente y se traslada a todos los estamentos del club. Estuve con Iribar en el bertso derbi y asistí en directo en San Mamés a la victoria en el derbi vasco ante un gran equipo como la Real. La felicidad es máxima. No tengo una conexión natural con el Athletic, pero ser designado embajador es un gran honor y un orgullo.

Ya había estado en Bilbo.

Mi primera vez fue en 2017 por el festival Thinking Football. También estuve en Lezama y pude hablar con los jugadores y con Valverde. Me quedé muy impresionado. Dos años después, cuando estaba en el Stuttgart como director de la academia, contacté con el club para conocer de primera mano cómo funciona Lezama y vine con varios técnicos. Fue una bonita experiencia. Cuando me llamaron para nombrarme embajador no tuve ninguna duda.

¿Qué opinión tiene sobre la filosofía de competir con jugadores formados o nacidos en Euskal Herria?

Me parece fantástico. A otros muchos clubes les gustaría poder ser como el Athletic y competir de la misma manera, pero nadie lo consigue. Este club tiene 125 años de historia y es uno de los tres equipos que se ha mantenido siempre en Primera. Es un logro a tener muy en cuenta. Quizá a mucha gente le suene extraño que solo se recluten jugadores de Euskal Herria y tengan tanto éxito. Es un gran club, único, y quiero estudiar como funciona porque sigo metido en el mundo de futbol.

Está trabajando para el Aalborg, ¿cree que se puede trasladar esa idea a Dinamarca?

Una de las razones por las que acepté trabajar en el Aaborg es porque tenían una idea similar a la del Athletic. Los seguidores quieren ver a jugadores locales en el primer equipo, aunque no podemos decir que vamos a ser como el Athletic.

¿Cómo recibió la propuesta para ser embajador?

Me explicaron que me habían elegido porque los valores que representó en favor de la comunidad, la unión y la inclusión en el fútbol son compartidos por el Athletic. El fútbol es para todas las personas. Es un juego muy bonito, pero también tiene sus partes negativas. Durante muchos años he defendido que los clubes tienen una responsabilidad con sus comunidades y el Athletic así lo entiende.

El Athletic también le ha premiado por su activismo y estuvo realizando un proyecto en Nepal.

Trabajo en televisión como comentarista. Estuve siguiendo el Mundial y me plantearon hacer un documental sobre Qatar por las críticas sobre los derechos humanos. Quise investigar sobre Nepal, porque muchos de los trabajadores que fallecieron en la construcción provenían de ese país. Quise mostrar que tras un gran evento como el del Mundial se han hecho cosas mal.

¿Cuál es su punto de vista sobre el Mundial de Qatar?

He sido crítico. Desafortunadamente, la selección alemana y otros equipos europeos quisieron hacer un comunicado sobre el brazalete arcoiris y salió mal. No se fue capaz de acordar unos mínimos y evitar los reproches entre unos y otros. Disfruté con los partidos y el juego, pero toda la política alrededor del evento salió mal. No supimos ir todos juntos y nos separamos durante y después del Mundial. Sin olvidar la decepción de una Alemania que quedó eliminada en la fase de grupos.

¿Cómo se explican los malos resultados de su selección?

Antes Alemania siempre acudía a los torneos como favorita, a pesar de no jugar bien. La mentalidad del equipo era clave. En los últimos quince años se ha querido jugar como la selección española. Se ganó el Mundial de Brasil de 2014, pero se ha ido perdiendo esa convicción. Jugamos mejor, pero los resultados son peores. Asimismo, se ha perdido la unión con los aficionados y se está tratando de recuperar para la Eurocopa de 2024 que se celebrará en Alemania.

¿Cree que toda la polémica que se generó influyó en los malos resultados del equipo?

Los jugadores saben que son modelos a seguir para otra gente. Fueron vetados por la FIFA y no se supo gestionar la situación. No se acertó en centrarse en el fútbol y saber cuál es el momento. Creo que los jugadores pueden llegar a mucha gente por la relevancia que tienen, disponen de la posibilidad de comunicar o pronunciarse sobre aspectos sociales porque son populares. Esta vez salió mal, hay que aceptarlo y sentar las bases para que el fútbol sea una plataforma para todo el mundo, que ayude a hacer el bien, no dividir.

Ha mencionado la repercusión que tienen los futbolistas. En 2014 decidió expresar públicamente que era homosexual tras colgar las botas.

Era consciente de que es un tema que suele salir siempre a la luz pública. Hubo gente que me ayudó y decidí alzar la voz cuando lo tuve claro. Me sentía con la suficiente fuerza y quería demostrar que puedes ser gay y un jugador de fútbol profesional. Si nadie habla sobre ello, puedes pensar que es imposible. A su vez, si eres joven, quieres ser futbolista y eres gay, puedes pensar que no puede ser porque no hay ninguno y eso está mal.

¿Considera que ha cambiado algo desde su pronunciamiento?

Creo que es evidente que el debate ha cambiado. Ningún club va a decir ahora que está en contra de los homosexuales y se ven más símbolos como el arcoiris. Sin embargo, no hay muchos jugadores profesionales que son homosexuales abiertamente. Es un hecho. Creo que no es cuestión del fútbol, es un problema de la sociedad en general. Hay gente a la que no le gustan las personas homosexuales.