El contundente triunfo el domingo con un 42,74% de los votos de Santiago Peña, candidato del Partido Colorado a la Presidencia de Paraguay, consolida a esta formación política nacida en 1887 y que se declara nacionalista, republicana y conservadora, como la fuerza hegemónica en un país que ha gobernado 71 años. Su victoria pone freno a la ola progresista de izquierda que recorre América Latina.

La Asociación Nacional Republicana (ANR), su nombre oficial, es el segundo partido de América Latina con más tiempo en el poder, solo superado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que ha gobernado México 77 años.

Tras su triunfo electoral, Peña, un economista de 44 años, arrancó su discurso dando las gracias al presidente del partido, Horacio Cartes, el acaudalado empresario que presidió Paraguay entre 2013 y 2018 y que sigue manejando los resortes del poder, como quedó demostrado con el triunfo de su delfín político. Pese a que el 27 de enero EEUU le sancionó por corrupción, un mes antes Cartes había conseguido hacerse con la presidencia del partido, y logró que su candidato se alzara con la victoria en las primarias.

Peña se impuso con un amplio margen al liberal Efraín Alegre, candidato de una coalición de diversos partidos de centro e izquierda y quien fracasó en su tercer intento de ganar la Presidencia, al conseguir el 27,48% de los votos. Pero si la diferencia hace cinco años, frente a Mario Abdo Benítez, se situó en torno al 3%, esta vez, el oficialismo superó por más de 15 puntos a la principal candidatura opositora, en lo que representa la peor cosecha electoral de este sector político en los 34 años de democracia.

El hartazgo de la ciudadanía por la corrupción propició que el candidato independiente y antisistema Paraguay “Payo” Cubas consiguiera el tercer puesto con el 22,91% de los apoyos gracias al respaldo del Partido Cruzada Nacional. Se hizo con cinco senadores.

Muy diferente es, en cambio, el panorama para el izquierdista Frente Guasú, que lidera el expresidente Fernando Lugo, que gobernó el país entre los años 2008 y 2012. Esta alianza de izquierdas tendrá una única senadora tras perder cinco escaños, uno de ellos el del propio Lugo.