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EDITORIALA

El BCE sigue apretando a los trabajadores


El Consejo de Gobierno del BCE decidió ayer elevar los tipos de interés otros 25 puntos básicos, con lo que deja la tasa de referencia en el 3,75%. La decisión llega un día después de que la Reserva Federal los subiera también 25 puntos y dejara los tipos en EEUU en el 5%. La principal diferencia entre ambos reguladores está en que el comunicado de la Reserva Federal eliminaba la habitual coletilla de «aumentos adicionales podrían ser apropiados», dando a entender que posiblemente haya recorrido ya todo el camino de subida. Christine Lagarde, sin embargo, se encargó de dejar claro que esta alza, menor que los anteriores, no era una pausa y que queda todavía «camino por recorrer».

Tras un año de subidas de tipos los resultados son bastante magros. Tanto en Europa como en EEUU, la inflación se ha reducido, aunque todavía sigue situándose muy lejos del objetivo del 2% que persiguen ambos bancos centrales. Además, el alza de tipos ha ralentizado el crecimiento económico, pero el empleo no se ha resentido, posiblemente debido a que el aumento de los beneficios empresariales es lo que está alimentando esta subida de los precios. Una tesis que ha hecho suya hasta un medio del establishment como “Financial Times”. A pesar de ello, Lagarde no mencionó ayer los beneficios empresariales y volvió a señalar a los trabajadores al decir que las presiones salariales se han intensificado. Lo cierto es que este periodo de inflación está sirviendo al capital para apropiarse de una parte cada vez mayor de la riqueza social.

Por otro lado, los efectos negativos son cada vez más evidentes. En EEUU han quebrado tres bancos y hay varios más con problemas. En Europa, los bancos perciben más riesgo y han endurecido las condiciones de los créditos. Pero donde se manifiesta especialmente el impacto es en la economía de los trabajadores, que a la carestía de la vida suman el pago de más intereses; hasta la demanda de hipotecas se ha desplomado. La reacción de las familias en una coyuntura adversa suele ser aguantar, pero si las cosas no mejoran rápidamente pronto llega el derrumbe con todo el sufrimiento asociado. Y, de momento, Lagarde no está por aliviar las economías familiares.