Legislar el silencio
Las guerras se han convertido en informaciones corrientes que ya no estropean el mundo. Solo son conflictos, molestias en el orden mundial. En la guerra de Ucrania hasta se ha olvidado la causa geopolítica que la originó. Ahora el protagonismo lo tienen las armas, incluso las nucleares han ganado terreno en las noticias bélicas. Al fin y al cabo, la industria armamentista constituye un pilar clave en el sistema capitalista. En los años 60 del siglo pasado artistas, escritores e intelectuales como Russel o Sartre, se unieron en una campaña mundial a favor del desarme y contra la invasión de EEUU en Vietnam. Su objetivo era «despertar la ira y avivar la oposición a la guerra en el mundo». En cambio, hoy, sin voces que se atrevan a gritar, se legisla hasta el silencio. El 23 de diciembre, cuando se votaban los presupuestos del 2023, el colectivo Emakumeok Gerraren Aurka se manifestó ante el Parlamento Vasco tras entregar un escrito exigiendo que no se subvencionase a la industria militar vasca. «Ni 1 Euro», decían en la pancarta. Alguien se salió del grupo para sacar una foto. Fue identificada y la ley mordaza hizo el resto. Desacato a la autoridad, denuncia y sanción. No quieren ni el testigo futuro de una imagen. Una página en blanco. Así es el mundo que desean escribir.