Era el partido del año y acabó mal. Por fortuna, habrá al menos otros tres porque el Eibar sigue en plaza de ascenso directo pero de todas las oportunidades que se le han escapado al equipo, y están siendo unas cuantas, la de ayer fue la que más dolió. Porque todo había salido a pedir de boca en una jornada que ofrecía a los azulgranas la posibilidad de alejar a cuatro puntos a sus inmediatos perseguidores y quitarse de encima de manera definitiva a Las Palmas.

Pero el equipo canario se llevó los tres puntos y el liderato de Ipurua, comprimiendo al máximo la pelea por el ascenso. Los cinco equipos que luchan por el billete a Primera se apiñan en apenas dos puntos con ya solo nueve por disputar. Y ninguno parece llegar en su mejor momento a las tres jornadas que decidirán el orden en la cabeza de la clasificación. Especialmente el Eibar, que encadena ya siete jornadas sin poder ganar. Desde el 22 de marzo, cuando se impuso en Miranda, el equipo guipuzcoano solo ha podido sumar cinco de los 21 puntos que ha disputado y lleva seis partidos consecutivos encajando algún gol.

También lo hizo anoche ante un Las Palmas que tiró de efectividad para confirmarse como el visitante más peligroso de la categoría y saltar del quinto al primer puesto. Porque hasta el gol de Sandro en la segunda parte, Luca prácticamente no había tenido que intervenir. Tampoco Alvaro Valles -ya lo haría después, salvando dos goles claros cuando el Eibar ya marchaba por debajo- porque a los armeros les faltó claridad arriba para que sus llegadas acabaran entre los tres palos. Pero fueron suyas prácticamente todas las que se registraron en un primer tiempo de choque de estilos: más directo y ambicioso el local, más pausado el de Las Palmas -que perdió a Jonathan Viera por lesión-, que no le dio resultados arriba pero si ralentizó el ritmo del encuentro.

Con la sensación, en cualquier caso, de que el Eibar estaba más cerca del gol se fue y regresó el choque del descanso. La realidad fue otra porque a los seis minutos de la reanudación llegaba la acción ofensiva más clara del equipo visitante, con una escapada de Sandro. Venancio cortó la acción con falta y el propio delantero canario la transformó, aprovechando el error de la barrera armera y pese a que Luca estuvo a punto de parar el lanzamiento.

Sin pausa pero sin dejarse llevar por los nervios, el Eibar buscó la remontada. Movió banquillo García Pimienta pensando en la puntilla y Garitano buscando gasolina arriba. Llegaron las ocasiones, más claras que numerosas, pero el gol del equipo local se resistió. Responsabilidad en buena medida del guardameta Alvaro Valles, que protegió la ventaja de su equipo con dos grandes intervenciones ante un disparo a bocajarro de Javi Muñoz y, en el descuento, una falta directa de Arbilla que despejó junto al larguero.