Mikel INSAUSTI
DONOSTIA
CRÍTICA: «BOOK CLUB. AHORA ITALIA»

Las ventajas de no tener que viajar con el Imserso

Poco queda ya en esta secuela del club literario del título original, que se ha reconvertido más bien en una agencia de viajes para la tercera edad. Con la ventaja de que estas Cuatro Chicas de Oro cinematográficas son ricas y van por libre, pudiendo visitar Venecia, la Toscana o Roma a golpe de tarjeta dorada. Cualquier excusa era buena para que las protagonistas de “Book Club” (2018) se volvieran a reunir, dado que la película original costó catorce ajustados millones de dólares y recaudó más de cien en la taquilla internacional. Esto prueba que hay un público mayor femenino que sigue yendo al cine, y que quiere ver películas con gente de su edad, y a ser posible en tono de comedia ligera para darse una alegría. Es un tipo de espectadora que, con comprobar lo bien que se conservar Jane Fonda a sus 85 años, ya se da por satisfecha, por lo que tiene la veterana estrella de influencia revitalizante.

Estamos hartos de oír que no hay papeles para las actrices veteranas, pero lo peor no es eso, sino los que escriben para ellas. La eterna actitud contestataria que se le supone a Jane Fonda, se traduce aquí en que se compromete con un hombre más joven, interpretado por Don Johnson a sus 73 castañas. Y la idea del viaje a Italia para celebrar la despedida de soltera no es más que el reverso femenino de las comedias gamberras con tíos que se van a desfasar a Las Vegas antes de casarse.

Para expresar la impresión que provoca “Book Club. Ahora Italia” (2023) en cualquier persona que todavía no haya llegado a la edad de la jubilación, es como el bochorno que se siente cuando en una boda un familiar que peina canas se desmelena en la pista de baile, y, no contento con ello, te invita a que le acompañes en su desacomplejado desenfreno. Debajo del aparente glamour las actitudes desvergonzadas del cuarteto, sobre todo en lo relativo a las viejunas bromas sexuales, son de excursión autobusera a Benidorm.