El Ministerio de Defensa ruso denunció un ataque ucraniano el viernes contra objetivos civiles (seis heridos, varios de ellos menores de edad) en la capital de la provincia de Lugansk, en el Donbass, con misiles aire-aire de largo alcance (250 kilómetros) Storm Shadow suministrados recientemente por Gran Bretaña.

El portavoz del Ejército ruso, general Igor Konashenkov, aseguró que el ataque se saldó con el derribo de un avión de combate ucraniano Su-24 y el caza MiG-29 que lo escoltaba, y denunció que Londres aseguró que estas armas no se utilizarían contra objetivos civiles, además de su compromiso de que no alcanzarían nunca suelo ruso.

Mientras, el Gobierno alemán anunció ayer un nuevo y amplio paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de más de 2.700 millones de euros y que incluirá, entre otro equipamiento, sistemas de defensa aérea, vehículos blindados de combate y artillería.

En concreto, 18 obuses con ruedas, munición de artillería, misiles guiados para los sistemas de defensa aérea y cuatro unidades de fuego IRIS-T SLM y doce lanzadores IRIS-T SLS.

El paquete comprende asimismo carros de combate y vehículos de combate de infantería adicionales, concretamente 30 Leopard 1 A5 y 20 Marder, más de 100 vehículos blindados de combate y más de 200 drones de reconocimiento.

Se trata del mayor paquete de ayuda militar proporcionado hasta la fecha por Alemania para apoyar a las fuerzas armadas ucranianas desde el inicio de la guerra en febrero del año pasado, según “Spiegel”.

Según “Il semanario”, este paquete será anunciado como símbolo de la solidaridad alemana en Ucrania paralelamente a la entrega del Premio Carlomagno, hoy domingo, al presidente ucraniano, Volodímir Zelenki, cuya asistencia a la ceremonia en Aquisgrán, en el oeste de Alemania, no ha sido confirmada oficialmente.

LA SITUACIÓN EN BAJMUT

Con Zelenski en Roma, donde fue recibido por el papa Francisco, y antes por el presidente de Italia, Sergio Matarella, y la primera ministra, Giorgia Meloni, llegan informaciones contrradictorias desde Bajmut, cruce estratégico en la provincia de Donetsk, que, junto a Lugansk, conforma la región rusófona del Donbass.

El comandante de las fuerzas terrestres ucranianas, Oleksandr Syrskyi, anunció avances en algunas zonas del frente en la dirección de Bajmut, mientras los rusos están perdiendo equipos y soldados.

El Ministerio de Defensa británico estima que las fuerzas ucranianas han conseguido avanzar un kilómetro en los últimos cuatro días aprovechando una retirada caótica del bando ruso.

El jefe del grupo de mercenarios ruso Wagner, Yevgeni Prigozhin, confirmó el pasado viernes que las tropas rusas se habrían retirado de un total cinco kilómetros de territorio en Bajmut.

Por contra, Kiev anunció ayer la muerte de al menos dos personas y die heridas, enrtre ellas dos menores,en un bombardeo en la ciudad de Kostiantynivka, a 25 kilómetros al sudoeste de Bajmut. Este enclave, que Rusia trata de conquistar desde setiembre pasado para proseguir con la captura de Kramatorsk y Sloviansk, las dos ciudades de Donetsk aún en manos ucranianas, se le está atragantando al Kremlin en plena pugna entre el Ejército regular y los mercenarios de Wagner. Ucrania, con grandes pérdidas, aguanta a los rusos en esa batalla.

EVACUACIÓN DE JARKOV

La Administración prorrusa de Jarkov ha recomendado a la población de las 29 localidades que controla en el noreste de la región (3.000 habitantes) abandonar la zona por el aumento de la actividad de las Fuerzas Armadas de Ucrania.

Hace dos semanas, los prorrusos también anunciaron una evacuación en 18 localidades de la región sureña de Zaporiyia, próximas a la línea del frente, en medio de las informaciones sobre el pronto inicio de un nuevo contraataque ucraniano.

Guerra de nervios.