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Ultrasionistas agreden a palestinos en otra provocación en Jerusalén

Ultrasionistas que participan en la provocadora «marcha de las banderas» de Jerusalén, que conmemora la ocupación israelí del Este de la ciudad en 1967, agredieron ayer a palestinos en medio de un fuerte dispositivo policial y en plena escalada de violencia israelí.

Los manifestantes ondean banderas israelíes frente a la Puerta de Damasco de la Ciudad Vieja de Jerusalén. (Ahmad GHARABLI | AFP)

Las consignas de “Muerte a los árabes” o “Quemaremos vuestras aldeas” volvieron a escucharse ayer otra vez en boca de ultranacionalistas israelíes que participaban en la polémica «marcha de las banderas», convocada por organizaciones derechistas y religiosas para conmemorar la ocupación de Jerusalén Este en la Guerra de los Seis Días de 1967. Una nueva provocación a los palestinos, que clausuraron sus comercios y se encerraron en casa por miedo a las agresiones de los sionistas, que volvieron a repetirse, en plena escalada de tensión y violencia por parte de Israel en la zona.

Jóvenes sionistas se enfrentaron, intimidaron y atacaron a palestinos con botellas, piedras y palos, y agredieron a periodistas que cubrían la noticia. También se les vio pegar y dar patadas a palestinos, así como caminar por las callejuelas de la Ciudad Vieja de forma agresiva e incitadora mientras daban golpes a las persianas bajadas de comercios locales.

Algunos incidentes sucedieron antes de empezar la marcha, protagonizados por grupos de israelíes -algunos con símbolos de grupos de extrema derecha como Lehava, La Familia o del movimiento para la reinstauración del Tercer Templo- que recorrían zonas de Jerusalén Este desde la mañana.

Los participantes en la marcha son «un peligro», señaló Abu al-Abed, de 72 años.

La marcha se desarrolló en un contexto de alta tensión, en medio de un fuerte dispositivo policial de más de 3.000 agentes y bajo la atenta mirada de Hamas, Yihad Islámica y las milicias palestinas de Gaza, que amenazaron con lanzar cohetes hacia Israel si los participantes cruzan «la línea roja» en la Ciudad Santa.

Diputados y ministros de la coalición de Gobierno israelí como los ultraderechistas Bezalel Smotrich o Itamar Ben Gvir asistieron también a una marcha a la que dan apoyo abierto. «Jerusalén es nuestro por siempre», declaró Gvir.

Esta conmemoración, dijo el primer ministro sionista, Benjamin Netanyahu, ocurre «3.000 años después de ser fundada por el rey David, 75 años después de ser refundada como la capital del renacido estado de Israel, y 56 años después de ser reunificada».

La anexión del este de Jerusalén y de la Ciudad Vieja nunca ha sido reconocida por la comunidad internacional.

Nabil Abu Rudeina, portavoz del presidente de la Autoridad Palestina (ANP), Mahmud Abbas, criticó el miércoles la organización de esta marcha «provocadora», prueba de la «asunción por el Gobierno israelí de la opinión de extremistas judíos».

Hamas condenó «la campaña de la ocupación sionista contra nuestro pueblo palestino en la ocupada Jerusalén». «Nuestro pueblo continuará frustrando los planes de la ocupación (Israel) para judaizar Jerusalén», agregó.

Asimismo, aseguró que cualquier intento israelí de violar el estatus quo en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén -tercer lugar más sagrado del islam y símbolo nacional palestino- supondrá «introducir a toda la región en un estado de gran tensión».

MOVILIZACIÓN PALESTINA

En medio de un repunte de tensión regional, que la semana pasada derivó en una escalada militar entre Israel y la Yihad Islámica en la Franja de Gaza, miles de personas se congregaron en la frontera con banderas palestinas y cantando consignas contra Israel para contrarrestar la marcha israelí, mientras fuerzas sionistas apostadas al otro lado de la valla de separación lanzaron botes de gas lacrimógeno desde drones para dispersarlos.

Hubo movilizaciones similares en lugares de la Cisjordania ocupada como Yenín, uno de los principales focos de tensión con Israel, donde hubo grupos que también salieron con banderas palestinas.

Todo esto sucedió tras meses de repunte de tensión en el conflicto. 2023 está siendo el año más mortífero desde la Segunda Intifada y fuerzas israelíes han matado ya a unos 150 palestinos.

Este pico de violencia culminó la semana pasada con cinco de días de duro enfrentamiento entre Israel y Yihad Islámica. La escalada se saldó con 35 fallecidos y una frágil tregua que algunos temían que se pudiera romper ayer con la marcha de Jerusalén.

De hecho, entre las condiciones que la Yihad Islámica intentó imponer para un alto el fuego estaba la anulación de la marcha, mientras que hace dos años, este mismo evento fue el detonante que hizo que Hamas lanzara cohetes hacia Jerusalén y estallara una dura operación bélica contra Gaza de 11 días.