MIKEL INSAUSTI
SICA

Una adolescente intenta salir adelante en la Costa Da Morte

La tendencia actual, sobre todo entre las jóvenes debutantes, es la de un cine ruralista, con fuerte sabor local y periférico, volcado en la relación entre la mujer y la naturaleza. La catalana Carla Subirana responde a tal esquema en auge, hasta el punto de que su ópera-prima “Sica” (2023) guarda muchos puntos de contacto la película de Elena López Rivera “El agua” (2022). Como no podía ser de otra forma, la Berlinale se interesó por el trabajo de la barcelonesa y lo incluyó en su sección Generation 14 Plus para nuevas realizaciones, recalando después con el resto de la producción estatal en el festival de Málaga.

Subirana se ha formado en el cine documental, con largometrajes como “Nedar” (2008), “Kanimambo” (2012) y “Volar” (2012). Y se nota en su paso a la ficción, pues continúa utilizando una base realista, sobre la cual despliega ahora un aire fabulador de cuento entre mágico y folklórico, con todo lo que aporta de misterio el mar para las personas que viven en la costa y faenan en sus aguas. El poderoso influjo de las aguas marinas se deja sentir en la menor del título, una chica de 14 años a la que le toca lidiar con la pérdida de su padre en un naufragio. Sica quiere creer que el mar le devolverá el cuerpo de su padre, una incertidumbre que condiciona su existencia en un momento clave de crecimiento y de autoconocimiento. La relación con su madre, que habla catalán, mientras ella lo hace en gallego, está llena de desencuentros como reflejo de la tensión ambiental. La joven actriz no profesional Thais Garcia de réplica a la conocida Nuria Prims en reparto de roles muy bien compensado.

El otro factor omnipresente es el ambiental, destinada a plasmar la fuerza del mar en la Costa Da Morte, que tantas vidas humanas se ha cobrado. De la banda sonora se ha apoderado el sonido estrepitoso de las olas que chocan contra las rocas, junto al viento que no cesa.