La Real rompió su maleficio en el Camp Nou y al mismo tiempo dio continuidad a la curiosa estadística que le favorece cada vez que realiza un pasillo al Barcelona como campeón, como hizo en 1979 y 1991, para ganar en un gran partido y mantener los cinco puntos con el Villarreal cuando quedan nueve por jugar en la pelea entre los dos por la cuarta plaza de Liga de Campeones.

Los blanquiazules comenzaron el partido tras saber que el cuadro castellonense se acercaba a dos puntos tras ganar con un gol de Gerard en el último minuto al Girona (1-2) y respondieron muy bien en un partido que dominaron en el marcador desde el inicio gracias a un tanto de Merino tras una asistencia de Sorloth, el mejor jugador realista del encuentro junto con Zubimendi.

Lejos de bajar su rendimiento tras una semana en la que desde Barcelona han dejado claro que es el deseado por Xavi, como él lo confirmó el viernes, para sustituir a Busquets, el medio centro donostiarra estuvo providencial para evitar el empate en dos opciones de Kessie en el primer cuarto de hora de partido y lo sentenció en una jugada en la que robó el balón, inició el contrataque, le dio continuidad y asistió a Sorloth para que el noruego pusiera la guinda a su gran encuentro.

La Real tuvo más y mejores ocasiones que el Barcelona en la confirmación en su campo maldito de su mejoría ante los grandes de cara a competir con ellos la próxima tempotazfaz en la Champions.

Es verdad que el club azulgrana tenía bajas y pudo jugar algo relajado tras asegurarse la Liga, sobre todo Koundé estuvo muy desacertado y Sorloth le superó y lo aprovechó para robarle el balón e iniciar la jugada del primer gol. Pero sacó un equipo de garantías, quiso ganar, la Real fue muy superior y marcó en un partido los mismos dos goles que Ter Stegen había encajado como local en toda la temporada.

Y pudieron ser más porque Barrenetxea remató mal dos claras opciones que tuvo en el primer tiempo y Ter Stegen desbarató con el pie en un paradón un disparo de Momo Cho tras otra buena jugada de Sorloth, que también tuvo otra opción antes de su gol. El Barcelona creó menos oportunidades y sólo marcó cuando ya no había tiempo para más.