La ruta de las burbujas

La aparición de Aznar es siempre un motivo de celebración de la vida. No me expliquen las razones. Es fruto de los desechos de la memoria utilitaria machacada por productos tóxicos residuales. Por eso estoy preocupado por una investigación científica que demuestra que las burbujas del champán o cava van en línea recta mientras que las de la cerveza no. La primera impresión es que se trata de un reflejo de clase, el champán es regio, burgués y la cerveza es proletaria, popular. Las burbujas elitistas van de arriba a abajo o de izquierda a derecha, en línea recta. En cambio, la cerveza con su espuma sólida, su presión variable, su contenedor caliente, del tiempo o frío, provoca que sus burbujas vayan desorientadas sin rumbo fijo. ¿Champán o cerveza? En su respuesta va implícita su mirada al mundo, su voto cautivo o secreto, la idea misma de burbuja y de los cantos en los maitines de convento en un agreste paraje montañoso.

Puede ser que hayamos entrado en una burbuja informativa: Vinicius y el racismo. La duda es si se trata de un añadido a la campaña electoral vigente, una manera de desviar la atención sobre los partidos y competiciones perdidas por el Real Madrid, o un conflicto internacional de auténtico fundamento y seriedad. Lo que hay que celebrar es que se ponga en primer plano el problema, se recuerda que en LaLiga solamente se ha suspendido un partido y no fue por actitudes racistas continuadas y habituales sino por llamar nazi a un jugador nazi. Esa es la realidad. Por eso que se apague el Cristo Redentor del monte Corcovado de Río de Janeiro por el caso Vinicius es un síntoma.