Alberto Dainese (DSM) ganó ayer la decimoséptima etapa del Giro entre Pergine Valsugana y Caorle, de 195 kilómetros, al imponerse en el sprint de un gran pelotón con todos los favoritos, con lo que Geraint Thomas (Ineos) mantuvo la maglia rosa sin tener que trabajar Ineos para defenderla.

El italiano logró su primera victoria de la temporada y su segunda en el Giro tras la del año pasado al superar en una apretada llegada a Jonathan Milan, que reforzó su maglia ciclamino, y Michael Matthews, que fue el que lanzó la llegada sin poder mantenerse en cabeza hasta la línea.

Fue tan ajustado el sprint que ninguno celebró la victoria en una demostración de la igualdad que hay entre los velocistas de este Giro, en el que ninguno ha podido repetir en las seis llegadas masivas. DSM y Jayco fueron los que mejor trabajaron en los últimos kilómetros, Matthews lanzó el sprint desde lejos y Dainese le superó sin que Jonathan Milan, el más fuerte al final y el más regular hasta ahora, pudiera ganarle por milímetros.

«UN FINAL DE LOCURA»

Dainese señalaba tras su victoria que «ha sido un final de locura, un gran trabajo del equipo para rematar el sprint. Cuando se lanzó la llegada me adelantaron por la izquierda, así que tuve que apretar e intentar atrapar a Matthews. En los últimos metros iba al límite y vi venir a Milan. Menos mal que obtuve unos centímetros suficientes para lograr la victoria».

El italiano comentó los malos momentos pasados en el Giro: «En los últimos cinco días estuve enfermo con problemas estomacales y mi respiración no era buena. Hoy fue el primer día que me sentí bien, como al 80%. Ganar después de tanta lucha en la última semana es una locura. Estoy súper feliz y no puedo agradecer lo suficiente al equipo por mantenerme en carrera y motivarme para ganar».

DSM apostó por él a pesar de tener la baza también de Marius Mayrhoffer en una etapa en la que fue el que más trabajó junto a Movistar, Bahrain y Astana para tener controlada siempre una fuga condenada al fracaso porque los equipos de los velocistas no iban a dejar pasar su penúltima oportunidad. Por eso sólo la formaron de salida cuatro ciclistas -Leysen (Alpecin), Champion (Cofidis), Sevilla (Eolo) y Quaterman (Corratec)-, que no tuvieron más de dos minutos de margen y el primero, el más fuerte, fue atrapado a cinco de meta tras 192 de escapada.

Los favoritos vivieron la etapa con trabnquilidad y además les acompañó el tiempo. Ineos sólo trabajó para llevar a Thomas en cabeza hasta los últimos tres kilómetros. El galés, que hoy cumplirá 36 años, también dijo que «ha sido un final de etapa loco. Afortunadamente no llovió, así que salvamos bien el día. Todos estamos seguros y listos para las próximas tres etapas. Llevar la maglia rosa en mi cumpleaños será agradable. Espero poder conservarla hasta Roma»,

ENCADENADO FINAL

La decimoctava etapa entre Oderzo y Val di Zoldo, de 161 kilómetros, presenta hoy cinco puertos, dos de Primera. En el 40,8 se corona el Passo de la Crosseta, 13,5 kms. al 7,1%, y en el 135,2 Forcella Cibiana, 9,7 kms. al 7,7%, uno de Cuarta y en el final se encadenan dos subidas de Segunda, Coi (5,5 kms. al 9,5%) y Val di Zoldo (2,3 kms. al 6,9%), donde estará situada la meta.

No es una etapa tan dura como la de mañana, pero después de las muestra de debilidad de Roglic el martes en el Monte Bondone se puede esperar que Joao Almieda y el UAE no dejen pasar la oportunidad de poner en aprietos al esloveno y probar la resistencia de Thomas, que sólo tiene cinco compañeros, aunque dos en gran forma entre los diez primeros de la general.