26 MAY. 2023 GAURKOA El crecimiento potencial de EH Bildu Eguzki URTEAGA Profesor de Sociología (UPV-EHU) En progresión en los últimos escrutinios electorales, EH Bildu goza de un crecimiento potencial no desdeñable en los años venideros, a la vez, porque no ha alcanzado todavía su techo electoral del periodo 2011-2012 y porque, en razón de su posicionamiento, su estrategia y sus pactos, puede aspirar a superar sus mejores resultados alcanzados tras el final de la lucha armada practicada por ETA. De hecho, en las elecciones generales de 2019, la formación independentista progresó tanto en votos (+17.974) como en escaños (+1), y, sucedió algo parecido en las elecciones al Parlamento de Gasteiz de 2020 donde cosechó 24.408 sufragios adicionales y 3 diputados más. La Comunidad Foral de Navarra no constituyó ninguna excepción al respecto, dado que, en las elecciones municipales de 2019, EH Bildu obtuvo 67.515 votos (+3,28%) y 320 concejales, siendo la primera fuerza en cuanto a número de ediles por delante de Navarra Suma (298). Quedan lejos los resultados cosechados en las elecciones generales de 2015 y 2016 así como en las elecciones autonómicas de 2016, fuertemente marcados por la irrupción de Podemos, que se tradujo, momentáneamente, en una pérdida de apoyo electoral y de representación institucional en beneficio de la formación morada. Las elecciones municipales y forales del 28 de mayo de 2023 parecen confirmar, a tenor de los últimos sondeos sobre intención de voto, una progresión de la izquierda soberanista en votos, en porcentaje, así como en número de representantes, tanto en la Comunidad Autónoma Vasca como en la Comunidad Foral de Navarra. Así, según el sondeo realizado por Aztiker, en Gipuzkoa, EH Bildu obtendría el 33,6% de los sufragios (+2%) y ganaría 2 escaños; en Bizkaia, conseguiría el 21,3% de los votos (+1,6%) y 1 juntero más; en Araba, cosecharía el 22,2% de las papeletas, es decir un incremento del 1,2% con respecto a las elecciones forales de 2019. En Nafarroa, también, la formación nacionalista progresaría tanto en votos (+1,6%) como en escaños (+1). Los sondeos realizados por otros institutos confirman ese auge de la intención de votos a favor de EH Bildu. Así, el último Sociómetro indica que «EH Bildu reforzaría su segundo puesto, acortando distancias [con el PNV] y sumando representación en todos los casos». De hecho, ganaría el 1,5% en Gipuzkoa, dos puntos en Bizkaia y un punto adicional en Araba. Augura un avance similar en las tres capitales provinciales de la CAV, puesto que ganaría un concejal más en Gasteiz (7 ediles), en Donostia (7 ediles) y en Bilbo (5 ediles). Incluso en semejante caso, EH Bildu no habría alcanzado todavía su techo electoral en cuanto a número de votos. En efecto, en las elecciones forales de 2011 acontecidas en la CAV, Bildu consiguió 273.148 votos; en las elecciones al Parlamento vasco de 2012, EH Bildu obtuvo 277.923 papeletas; y, en las elecciones generales de 2011, Amaiur cosechó 334.498 sufragios en el conjunto del Estado español, de los cuales 32.267 fueron en Araba, 129.655 en Gipuzkoa, 122.606 en Bizkaia (284.528 votos en la CAV) y 49.100 en Nafarroa. Comparativamente, EH Bildu obtuvo 266.946 sufragios en las elecciones forales de 2019 en la CAV (50.631 papeletas en las elecciones al Parlamento navarro de 2019) y 249.580 votos en las elecciones al Parlamento de Gasteiz en 2020. Esto indica que, sobre todo en la Comunidad Autónoma Vasca, la formación independentista dispone de una reserva de votos de alrededor de 20.000 sufragios para llegar al techo que alcanzó en 2011. Bien es cierto que, desde entonces, la irrupción de Podemos supuso, especialmente en las elecciones generales de 2015 (316.441 sufragios) y 2016 (333.730 papeletas), y, en menor medida, en el escrutinio autonómico de 2016 (157.334 votos), una pérdida de votos a tener en cuenta. Pero, conviene señalar que, desde entonces, la formación morada no ha parado de perder votantes, puesto que, en las elecciones forales de 2019, cosechó 111.315 sufragios en la CAV, y, en las elecciones al Parlamento de Gasteiz de 2020, obtuvo tan solo 72.113 votos. Ocurrió algo parecido en Nafarroa, ya que, tras conseguir 80.961 papeletas en las elecciones generales de 2015 y 94.555 votos en las elecciones generales del año siguiente, ha tenido que conformarse con 16.518 sufragios en las elecciones al Parlamento navarro de 2019. En otros términos, tras una irrupción fulgurante, los ríos vuelven a su cauce y un número creciente de votantes que optó en su día por la izquierda independentista vuelve a hacerlo con el transcurso del tiempo. Pero el cuerpo electoral es dinámico, de modo que nuevos votantes se incorporen al mismo y constituyen un electorado potencial para las distintas formaciones políticas, incluida EH Bildu. Más allá, la coalición soberanista dispone de un potencial de crecimiento vinculado a su nuevo posicionamiento basado en la búsqueda de la centralidad. En efecto, en su aspiración a convertirse en la primera fuerza política, especialmente en la Comunidad Autónoma Vasca, lo que supone ensanchar su base electoral y atraer a nuevos sectores (sobre todo en las grandes ciudades), EH Bildu se ha esforzado en ocupar una posición central. A su vez, defiende y practica (en los ayuntamientos donde gobierna) un reformismo asumido que aspira a conseguir avances concretos en todos los ámbitos, relativos al bienestar social, al desarrollo económico, a la igualdad de género, a la protección del medioambiente o a la promoción del euskara. Se aleja así del rupturismo de antaño que podía generar cierto temor en parte de las clases medias. Por último, ha elaborado e implementado una estrategia de pactos, a la vez, en los municipios (en Durango y Galdakao con Podemos, en Irun y Eibar con el PSE, y en Araba con el PNV), en el Parlamento navarro con el gobierno de coalición (compuesto por el PSN, Geroa Bai, Podemos y Ezkerra) y en el Congreso de los Diputados (con el Gobierno liderado por Pedro Sánchez). Todo ello hace de EH Bildu una formación sólida, fiable y que aspira a gobernar para implementar su programa electoral y que es susceptible de atraer a nuevos electores. La coalición soberanista dispone de un potencial de crecimiento vinculado a su nuevo posicionamiento basado en la búsqueda de la centralidad