Iruñea escupe a la población izquierdista a su extrarradio, hacia los barrios o a los ayuntamientos que su núcleo urbano se ha ido anexionando, entre los que se encuentran el tercer y el cuarto municipio de Nafarroa por número de habitantes: Eguesibar y Barañain. Ocurre en la capital navarra y en todas partes. Los precios del metro cuadrado suben en el centro, donde se concentran las rentas altas, más derechistas, pero conforme uno camina hacia las afueras todo va adquiriendo otro color.

Ahora, en plena campaña, se nota entre los carteles. El centro de la ciudad tiene sus civilizadísimas farolas con pendones de UPN, de PSN, del PP y de Geroa Bai. A medida que las fachadas de los edificios pierden lustre, bien porque desciendes hacia Arrotxapea o por la cuesta de Beloso, se hace mucho más común ver el cartel encolado de toda la vida, con sus rasgones y sus bigotillos postizos. En esos carteles aparecen, mayoritariamente, EH Bildu y Contigo-Zurekin.

La derecha concentra más su voto. Siempre lo hace. El vehículo principal ha sido UPN, aunque las pasadas elecciones apostó por la unidad total: Navarra Suma. Esto le convirtió en la fuerza mayoritaria en la mayoría de esas poblaciones del continuum urbano, con la marcada excepción de Atarrabia y Antsoain, donde la derecha tiene un peso residual.

Sin embargo, en ningún caso la derecha pudo alcanzar la mayoría. Iruñea, como mediana ciudad que es, tiene su cinturón rojo, solo que en Nafarroa el voto de la gente que se identifica como de izquierdas está enormemente fragmentado.

O PARA MÍ O PARA NADIE

En 2019, un PSN que hacía equilibrios por conseguir el aval de Ferraz para una investidura apoyada en la abstención de EH Bildu optó por votarse a sí mismo impidiendo que una mayoría alternativa dejara fuera a Navarra Suma en varias de estas localidades. Siendo sinceros, no perdió gran cosa, pues en ninguno de los ayuntamientos el PSN era segunda fuerza. La jugada no le hizo perder por el camino ninguna vara de mando. Pero... ¿y si esta vez no es así?

Los de María Chivite pueden tener opciones para gobernar en el tercer y en el cuarto ayuntamiento más poblado. Deberían, para ello, sobrepasar en votos a Geroa Bai y a EH Bildu, respectivamente.

Eguesibar, el tercer Ayuntamiento de Nafarroa por población, es un poco la excepción que confirma la regla, pues combina pisos baratos que cuadran con ese éxodo de la gente corriente hacia las afueras en favor de las clases altas con chaletazos de las élites. Se trata de un Consistorio para todo un valle y no es lo mismo Sarriguren que Gorraiz.

En consecuencia, en ese valle es donde la derecha es más fuerte. Tiene nueve de los 21 concejales que les corresponden por sus más de 20.000 habitantes. Se trata de una proporción similar a la de Iruñea. La segunda fuerza es Geroa Bai, con cuatro; y le siguen PSN y EH Bildu, con tres. La diferencia entre Geroa Bai y el PSN resulta, sin embargo, escasa: 110 votos.

Si cambiaran las tornas y el PSN quedara segundo, esta posición autista de votarse a sí mismos y que los demás partidos vean qué hacen con su vida puede hacer que la formación pierda el tercer Ayuntamiento por población. Y se trata de un Consistorio con recursos, además.

Cabe recordar que, de no conseguirse el día 17 de junio una mayoría absoluta, gobierna la lista más votada. Así ocurrió hace cuatro años y por eso Navarra Suma gobernó Eguesibar.

Esta misma situación se puede dar en Barañain, cuarto Ayuntamiento por número de habitantes , aunque mucho más pobre que Eguesibar. Ahí, la segunda fuerza es EH Bildu, que aventajó por solo 75 votos al PSN (2.462 frente a 2.387). ¿Lo dejarían pasar también?

El segundo o el tercer Consistorio de la comunidad supone mucha renuncia para un partido que ha logrado gobernar Nafarroa con una minoría muy minoritaria. El PSN obtuvo solo 11 de los 50 escaños en el Parlamento, esto es, menos de la mitad de los 26 que marcan la mayoría absoluta.

En el plano municipal, el pueblo de mayor tamaño que gobiernan los de María Chivite es el vigésimo por población: San Adrián. Más de tres veces más pequeño que Barañain o Eguesibar.