Osasuna ya depende de sí mismo; el Athletic esperará a la carambola
Osasuna le arrebató al Athletic el séptimo puesto que da derecho a disputar la Conference League, tras vencer en el derbi de El Sadar con dos goles de Budimir y Torró. Los anfitriones pusieron tierra de por medio en la segunda parte, mientras que los rojiblancos volvieron a pecar de falta de acierto.
En el cuarto y último envite de la temporada entre rojillos y vizcainos, Osasuna volvió a dejar patente que este curso se le dan bien los derbis contra los leones. Los pupilos de Jagoba Arrasate, que ya les eliminaron en las semifinales coperas, también les quitaron ayer por la noche la séptima posición que da derecho a disputar la Conference League.
Aunque con disposiciones tácticas diferentes, ambas escuadras buscaron las mismas armas a la hora de intentar llegar al marco contrario: jugar lo más rápido posible con los puñales que tenían en sus costados. Y ello llevó a transiciones muy rápidas, aunque no siempre con la precisión necesaria como hacer el suficiente daño al rival.
Empezaron mejor los anfitriones, con unos primeros diez minutos en los que le metieron ritmo al partido, triangulando con criterio y combinando hasta tres cuartos, aunque sin encontrar ese último pase con el que encarar con ventaja a Agirrezabala. En ese intervalo de tiempo, a la escuadra rojiblanca no le quedó otro remedio que correr de trás de la pelota, aunque la dinámica no iba a durar mucho.
Lo que le costó a Ernesto Valverde recolocar a los suyos y encontrar la conexión con los Williams para plantarse en las inmediaciones de Aitor Fernández. De una de esas combinaciones llegó la ocasión de Nico, pero su chut, obstaculizado por Manu Sánchez, acabó en el exterior de la red sin cumplirse todavía el cuarto de hora.
Osasuna optó por plegar velas y esperar a la escuadra vizcaina en propio campo para salir rápido a la contra, pero le faltó conectar en el momento preciso. Mientras, el Athletic seguía a lo suyo, aproximándose cada vez con mayor peligro a la portería rojilla.
DOS DE IÑAKI
No fue hasta el último cuarto de hora cuando los leones gozaron de sus mejores oportunidades, ambas en las botas de Iñaki Williams. La primera en el minuto 29, cuando se fue en velocidad de la marca de Rubén Peña, remató ante la salida de Aitor, quien tocó el esférico y el lateral se encargó de mandarlo a corner cuando ya se colaba. Al filo del descanso, un nuevo entendimiento entre los hermanos acabó con el mayor plantándose en un mano a mano con el guardameta de Arrasate, que nuevamente le ganó el duelo.
Osasuna, por su parte, dispuso de un par de inicios de contragolpes en los que se vio en superioridad numérica, pero bien por errores en el pase decisivo o por caer en fuera de juego, dichas acometidas quedaron en agua de borrajas.
TESTARAZO DE BUDIMIR
El ariete croata agitó el choque apenas iniciado el segundo periodo (m.50). Otro nuevo arreón local derivó en un centro desde la derecha de Moncayola que se encargó de cabecear a las redes sin que pudiera evitarlo un Agirrezabala que intentó una parada un tanto extraña con su mano izquierda, quizás porque no vio el cuero con la suficiente antelación.
La reacción del Athletic no se hizo esperar. Zarraga tuvo el empate apenas seis minutos más tarde. El centrocampista cortó a la perfección la línea defensiva rojilla y se plantó ante Aitor, pero el cancerbero local volvió a estar muy acertado, sacando con la pierna.
Valverde movió por primera vez el banquillo -Sancet y Guruzeta- y los visitantes se lanzaron en pos del empate, mientras Osasuna se puso en modo defensivo, abortando las acometidas de los rojiblancos, que solo generaron cierto peligro con un disparo flojo de De Marcos. Por contra, dejaron los suficientes espacios como para que los aprovechase la escuadra navarra.
Una salida a la contra en el 77 finalizó con falta sobre Abde al borde del área. El propio internacional marroquí fue el encargado de botarla con mucha caída y pegada al poste, evitando en primera instancia el gol con un paradón Agirrezabala, pero el posterior rechazo acabó en asistencia de Aimar a Torró que engañó en su chut al meta donostiarra.
El derbi estaba finiquitado y, aunque el Athletic nunca se dio por vencido, los de Arrasate apretaron los dientes para quedarse con los tres puntos.