KOLDO LANDALUZE
DONOSTIA

Bizkaia acogerá el rodaje de un filme sobre Gila en la Guerra del 36

Tomando como base «El libro de Gila: antología tragicómica de obra y vida», diferentes localizaciones de Bizkaia acogerán el inicio de rodaje del filme «¿Es el enemigo?». Será una tragicomedia centrada en las vivencias del humorista en la Guerra del 36.

El cómico Miguel Gila siempre quiso mostrar lo absurdo de la guerra en sus sketches.
El cómico Miguel Gila siempre quiso mostrar lo absurdo de la guerra en sus sketches. (GARA)

Titulada “¿Es el enemigo?”, la nueva película de Alexis Morante (“El universo de Óliver”) será una tragicomedia centrada en diferentes episodios de la vida del cómico Miguel Gila.

El rodaje arrancará en otoño, se desarrollará en diferentes localizaciones de Bizkaia y por el momento se desconocen los nombres que integrarán el reparto.

El objetivo de Morante, que ha escrito el guion junto a Raúl Castro, es retratar episodios como el momento en que el joven Gila fue fusilado durante la Guerra del 36.

GILA EN EL PAREDÓN

Nacido en el distrito de Tetuán de Madrid, Miguel Gila se crió con sus abuelos en el barrio de Chamberí. Al estallar la Guerra del 36, siendo militante de las Juventudes Socialistas Unificadas, se alistó como voluntario republicano en julio de 1936 en el Quinto Regimiento de Líster. Fue en El Viso de los Pedroches, Córdoba, donde se escenificó una de las vivencias más singulares del futuro cómico. Situado frente a un pelotón de ejecución, logró eludir su muerte aprovechando la cobertura de una noche lluviosa. Los integrantes del pelotón se encontraban borrachos, lo que provocó que fallaran sus disparos. Gila se hizo el muerto y, de esta forma, logró sobrevivir.

En su libro de memorias “Y entonces nací yo: Memorias para desmemoriados” (1995) dejó escrito: «Nos fusilaron al anochecer; nos fusilaron mal. El piquete de ejecución lo componían un grupo de moros con el estómago lleno de vino, la boca llena de gritos de júbilo y carcajadas, las manos apretando el cuello de las gallinas robadas con el ya mencionado ‘Ábrete Sésamo’ de los vencedores de batallas. El frío y la lluvia calaba los huesos. Y allí mismo, delante de un pequeño terraplén y sin la formalidad de un fusilamiento, sin esa voz de mando que grita ‘¡Apunten!, ¡fuego!’, apretaron el gatillo de sus fusiles y caímos unos sobre otros. Catorce saltos grotescos en aquel frío atardecer del mes de diciembre. Las gallinas tuvieron poco tiempo para respirar, el que emplearon los del piquete de ejecución en apretar sus gatillos. Y sobre la tierra empapada por la lluvia, nuestros cuerpos agotados de luchar día a día», recordaba.

Posteriormente, fue hecho prisionero de nuevo y trasladado a un campo de concentración en la localidad cordobesa de Valsequillo y, en diciembre de 1938, cayó nuevamente prisionero en Extremadura.

Con su imagen asociada a su camisa roja -para recordar su ideario- y a un teléfono con vida propia, Miguel Gila fue un pionero en los territorios del monólogo humorístico y la sátira en clave de viñeta.