Natxo MATXIN

EL INTER SE AFERRA AL TALISMÁN CROATA PARA DOBLEGAR AL TODOPODEROSO CITY

Ponga un croata en sus filas y tiene el éxito más que garantizado. Es lo que ha ocurrido en las últimas diez ediciones de la final de la Champions League. En todas ellas, el conjunto que se ha llevado la ‘Orejona’ a sus vitrinas ha contado con un futbolista de dicho país balcánico defendiendo su camiseta.

Brozovic puede seguir la estela de sus compatriotas en las últimas diez finales de Champions.
Brozovic puede seguir la estela de sus compatriotas en las últimas diez finales de Champions. (Marco BERTORELLO | AFP PHOTO)

Y el Inter pretende continuar con la tradición, un talismán del que no dispone el Manchester City (21.00, La1 - Movistar+). En 2016 aterrizó en Milán procedente del Dinamo de Zagreb Marcelo Brozovic, un pulmón para el medio campo nerazzurri. Desde entonces, el futbolista balcánico no ha parado de crecer, justificando de sobra los cinco millones que pagó por él el club italiano. Cinco títulos ligueros, dos Copas y dos Supercopas -329 partidos, 31 goles y 43 asistencias- atestiguan dicha progresión, pero donde realmente ha brillado en el panorama internacional ha sido en los dos últimos mundiales.

En ellos, el jugador de Zagreb ha tenido un protagonismo destacado con los arlequinados para lograr el subcampeonato en 2018 y el tercer puesto del último disputado en diciembre pasado. Ello le ha llevado a estar en la agenda de otros importantes equipos, caso del Barcelona o la Premier. Discutida su presencia en el once -Calhanoglu y Mkhitaryan le han apartado de la titularidad-, su técnico, Simone Inzaghi, haría bien en colocarlo de inicio o, al menos, dotarle de algunos minutos, si es que cree en la reciente estadística.

Es la que dice que, desde 2013, todos los conjuntos que han disputado una final de Champions y tenido entre sus filas un croata han acabado levantando el trofeo. El Bayern inició dicha tradición con Mario Mandzukic y luego la ha prolongado el Real Madrid con Luka Modric (2014, 2016, 2017, 2018 y 2022), el Barcelona con Ivan Rakitic (2015), el Liverpool con Dejan Lovren (2019), el Bayern Münich con Ivan Perisic (2020) y el Chelsea con Mateo Kovacic (2021), quien también la logró con el cuadro merengue en 2016, 2017 y 2018.

Por supuesto, se desconoce el grado de superstición que tendrá el inquilino del otro banquillo, un Pep Guardiola que no dispone de ningún croata, ni siquiera balcánico, con el que contraponer esa tendencia, pero que sí puede echar mano de un plantillón que ansía estrenarse con su primera Champions, el único galardón que le queda por llevar a sus vitrinas este curso la entidad citizen. El de Santpedor, de paso, se quitaría ese sambenito que sus detractores le llevan achacando desde hace más de una década: que no ha ganado el primer torneo internacional por clubes sin tener en su vestuario a Leo Messi.

No lo hace desde 2011. Un año antes, fue precisamente el Inter el que le cerró el camino hacia la final, con cabalgada final de su némesis, Jose Mourinho, por la banda del Camp Nou y posterior puesta en marcha de los aspersores. El controvertido técnico luso, ahora pendiente de que la UEFA le castigue severamente, fue el que llevó al club transalpino en 2010 a lograr su última Champions League, la tercera que posee la entidad nerazzurri en sus 115 años de existencia.

OBLIGACIÓN CONTRA HISTORIA

Obligación contra historia. Ese el resumen del reto al que se enfrentan ambos contendientes en el Atatürk Olympic Stadium. El vendaval ofensivo liderado por un Haaland imparable frente a un Simone Inzaghi especialista en finales, habiendo ganado siete de las ocho que ha disputado como técnico. Y con el orgullo italiano en juego en lo que se refiere a la presente edición de las competiciones europeas, después de que tanto Roma como Fiorentina hayan caído en las respectivas finales de la Europa y la Conference League.

El Manchester City, máximo favorito en las apuestas, también tiene el reto de convertirse en el segundo conjunto inglés en protagonizar un triplete -lo hizo antes el Manchester United en la 1998-99- y sumarse al privilegiado grupo de equipos europeos que lo han logrado: Celtic Glasgow (1966-67), Ajax (1971-72), PSV (1987-88), Barcelona (2008-09 y 2014-15), Inter (2009-10) y Bayern Münich (2012-13 y 2019-20).

Todo ello hace que la batalla vaya a ser épica entre dos equipos con estilos diferentes, pero una disposición de sus piezas sobre el campo bastante similar. La posesión frente a la colocación, el manejo del esférico contra el balón directo, el ataque posicional ante el contragolpe. Cada uno con sus armas y la ansiedad sobrevolando el estadio turco, la de los citizens por estrenarse -y el viejo fantasma de la final perdida contra el Chelsea en sus cabezas- y la de los nerazzurri sabedores de que una oportunidad así no se presenta todos los años.

En principio, hora y media de combate cuerpo a cuerpo y sin cuartel, donde no siempre sale vencedor el que a priori aparenta ser más fuerte, sino el que sabe exprimir propias virtudes y explota los defectos del rival, el que resulta más enérgico y letal en el momento idóneo. A un partido, ni el favoritismo ni la leyenda resultan determinantes, son los pequeños detalles los que pueden marcar la diferencia para hacerse con la gloria. ¿Volverá a haber otro croata en ese festejo final?