Mikel INSAUSTI
ALMA VIVA

El matriarcado de las «avoas» portuguesas

Otra obra muy personal y autobiográfica de una cineasta debutante, perteneciente a la generación de mujeres influenciadas por sus veraneos en la casa familiar del pueblo. Los suyos tuvieron que exiliarse en el Estado francés durante la dictadura de Salazar, y para su primer largometraje ha querido volver a los paisajes de su infancia en Trás-Os-Montes. El guion nace de los recuerdos sobre la muerte de su abuela, cuando una discusión por la herencia y el pago de la lápida de marmol postergó el entierro durante tiempo. Primero pensó en dar protagonismo a una nieta adolescente, pero por último consideró que, para el realismo mágico que quería insuflar a la narración, sería mejor que fuera una niña. En las pruebas con actrices infantiles, su hija Lua Michel se encargaba de dar la réplica, y la directora de casting acabó descubriendo que era la que mejor lo hacía. Sea verdad o no, sin duda la confianza con su madre le ha tenido que ayudar a manejarse con soltura, porque su interpretación es tan sencilla como cautivadora, pese a la complejidad de la situación que representa, al estar poseída por el espíritu de su querida “avoa”.

Cristèle Alves Meira se integra de pleno en el grupo de jóvenes directoras que defienden una conexión íntima de la mujer con la naturaleza, motivo por el cual muestra la reencarnación de la abuela en su nieta como parte de una corriente atávica que se transmite de generación en generación, y que se remonta a viejas creencias vinculadas a la esencia del mundo rural.

Para el público urbanita que desconozca tales leyendas y supersticiones ancestrales, todo cuanto vive la pequeña Salomé le puede resultar muy raro, pero sus precoces aventuras y correrías nocturnas son descritas con un costumbrismo que las liga a la tierra y sus gentes de forma natural. El humor negro también contribuye a normalizar la extrañeza de un velatorio que se alarga y se adueña de la vida.